Frases de Alphonse Karr

La talla de las estatuas disminuye alejándose de ellas; la de los hombres, aproximándose.

La amistad entre dos mujeres comienza o acaba por ser un complot contra una tercera.

Estoy de acuerdo en que las sociedades decreten abolir la pena de muerte; pero que empiecen por abolirla los asesinos.

El límite bueno de nuestra libertad es la libertad de los demás.

Los celos son una mezcla explosiva de amor, odio, avaricia y orgullo.

El hombre todo lo perfecciona en torno suyo; lo que no hace es perfeccionarse a sí mismo.

Saber que se sabe lo que se sabe y saber que no se sabe lo que no se sabe: sabiduría.

Todo hombre tiene tres variedades de carácter: el que realmente tiene; el que aparenta, y el que cree tener.

Nos gusta llamar testarudez a la perseverancia ajena pero le reservamos el nombre de perseverancia a nuestra testarudez.

La botánica no es una ciencia; es el arte de insultar a las flores en griego y latín.

Estar enamorado significa exagerar desmesuradamente la diferencia entre una mujer y otra.

Se ama sin razón y se olvida sin motivo.

El amor nace de nada y muere de todo.

Los amigos: una familia cuyos individuos se eligen a voluntad.

Muchas personas piensan que la virtud consiste en la severidad para con los demás.

Si los hombres supieran todo lo que las mujeres piensan, serían veinte veces más audaces.

Si vamos a abolir la pena de muerte, me gustaría ver el primer paso dado por mis amigos los asesinos.

La felicidad se compone de desgracias evitadas.

El amor es lo más terrible, y también la más generosa de las pasiones, sino que es la única que incluye en sus sueños la felicidad de otra persona.

El amor en el matrimonio debe ser la realización de un sueño hermoso, y no, como es habitual en estos días, el final.