Frases de Antonio Machado

Españolito que vienes al mundo te guarde Dios, una de las dos Españas ha de helarte el corazón.

Los conceptos son de todos y se nos imponen desde fuera; las intuiciones siempre son nuestras.

¿Dices que nada se crea?, no te importe, con el barro de la tierra, haz una copa para que beba tu hermano.

Huid de escenarios, púlpitos, plataformas y pedestales. Nunca perdáis contacto con el suelo; porque sólo así tendréis una idea aproximada de vuestra estatura.

En el análisis psicológico de las grandes traiciones encontraréis siempre la mentecatez de Judas Iscariote.

Converso con el hombre que siempre va conmigo. Quién habla solo, espera hablar con Dios un día.

Caminante no hay camino, se hace camino al andar.

El ojo que tú ves no es ojo porque tú lo veas, es ojo porque él te ve.

Poned atención: un corazón solitario no es un corazón.

Ni el pasado ha muerto,ni está el mañana,,ni el ayer escrito.

Sin el tiempo, esa invención de Satanás, el mundo perdería la angustia de la espera y el consuelo de la esperanza.

En política sólo triunfa quien pone la vela donde sopla el aire; jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela.

Dicen que el hombre no es hombre mientras no oye su nombre de labios de una mujer.

La carencia de vicios añade muy poco a la virtud.

Todo lo que se ignora, se desprecia.

Es propio de hombres de cabezas medianas embestir contra todo aquello que no les cabe en la cabeza.

Todo necio confunde valor y precio.

Por mucho que un hombre valga, nunca tendrá valor más alto que el de ser hombre.

Que dos y dos sean necesariamente cuatro, es una opinión que muchos compartimos. Pero si alguien sinceramente piensa otra cosa, que lo diga. Aquí no nos asombramos de nada.

Hay dos clases de hombres: los que viven hablando de las virtudes y los que se limitan a tenerlas.

Benevolencia no quiere decir tolerancia de lo ruin, o conformidad con lo inepto, sino voluntad de bien.

Ayudadme a comprender lo que os digo y os lo explicaré mejor.

El cine... ese invento del demonio.

En caso de vida o muerte se debe estar con el más prójimo.

La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos.