Frases de Aristóteles

A fuerza de construir bien, se llega a buen arquitecto.

Y es que la naturaleza no hace nada en vano, y entre los animales, el hombre es el único que posee la palabra.

Vivid arduamente, no temáis nada y os sonreirá el triunfo.

Yo podría ser el último paria de mi reino, un leproso abandonado por todos, sin recuerdo y sin esperanza de goce alguno, y aún quisiera vivir.

El amor sólo se da entre personas virtuosas

El ser inmóvil mueve como objeto del amor, y lo que él mueve imprime el movimiento a todo lo demás.

Si los ciudadanos practicasen entre sí la amistad, no tendrían necesidad de la justicia.

El amigo es otro yo. Sin amistad el hombre no puede ser feliz.

El amigo de todo el mundo no es un amigo.

La amistad perfecta es la de los buenos y de aquellos que se asemejan por la virtud. Ellos se desean mutuamente el bien en el mismo sentido.

Algunos creen que para ser amigos basta con querer, como si para estar sano bastara con desear la salud.

Un amigo fiel es un alma en dos cuerpos.

Toda virtud se resume en tratar con justicia.

El hombre sabio no exponerse innecesariamente al peligro, ya que hay pocas cosas por las que se preocupa lo suficiente, pero que está dispuesto, en las grandes crisis, dar incluso su vida - a sabiendas de que, en determinadas condiciones, no vale la pena vivir.

Hallarás descanso de imaginaciones, si bien haces cada acto de la vida como si fuera tu pasado.

El estado viene a la existencia por el bien de la vida y continúa existiendo en aras de la buena vida.

Es mejor levantarse de la vida como de un banquete, ni sed, ni borracho.

El hombre ideal tiene los accidentes de la vida con dignidad y gracia, haciendo el mejor de los casos.

La energía de la mente es la esencia de la vida.

La piedad requiere que honremos a la verdad por encima de nuestros amigos.

La menor desviación inicial de la verdad se multiplica luego por mil.

Platón es querido para mí, pero más caro sigue siendo verdad.

Ya sea si el alma no existía el tiempo existiría o no, es una pregunta que bastante se le puede pedir, porque si no puede haber alguien que contar no puede haber nada que se puede contar, por lo que, evidentemente, no puede ser el número, porque el número es o bien lo que ha sido, o lo que puede ser contado.

Pero si nada más que alma, o en la mente del alma, está capacitado para contar, es imposible para que haya tiempo a menos que haya alma, pero sólo la de que el tiempo es un atributo, es decir, si el cambio puede existir sin alma.

Alabamos a un hombre que se siente enojado por razones correctas y en contra de las personas adecuadas y también en la forma correcta en el momento adecuado y de la longitud adecuada de tiempo.