Frases de Carl Gustav Jung

El fanatismo es una sobrecompensación de la duda.

Si existiera algo que quisiéramos cambiar en los chicos, en primer lugar deberíamos examinarlo y observar si no es algo que podría ser mejor cambiar en nosotros mismos.

El hombre sano no tortura a otros, por lo general es el torturado el que se convierte en torturador.

El zapato que va bien a una persona es estrecho para otra: no hay receta de la vida que vaya bien para todos.

Todos nacemos originales y morimos copias.

Lo peor que le puede ocurrir a cualquiera es que se le comprenda por completo.

Ciencia es el arte de crear ilusiones convenientes, que el necio acepta o disputa, pero de cuyo ingenio goza el estudioso, sin cegarse ante el hecho de que tales ilusiones son otros tantos velos para ocultar las profundas tinieblas de lo insondable.

El hombre que no percibe el drama de su propio fin no está en la normalidad sino en la patología, y tendría que tenderse en la camilla y dejarse curar.

Un hombre que no ha pasado a través del infierno de sus pasiones, no las ha superado nunca.

Donde el amor manda, no hay voluntad de poder, donde predomina el poder, no falta el amor. El uno es la sombra del otro.