Frases de Eugene Ionesco

Describe un círculo, después acarícialo y se convertirá en un circulo vicioso.

Nadie es dueño de la multitud aunque crea tenerla dominada.

Las ideologías nos separan, los sueños y la angustía nos unen.

La libertad de la fantasía no es ninguna huida a la irrealidad; es creación y osadía.

El hecho de ser habitados por una nostalgia incomprensible sería, al fin y al cabo, el indicio de que hay un más allá.

Si es absolutamente necesario que el arte o el teatro sirvan para algo, será para enseñar a la gente que hay actividades que no sirven para nada y que es indispensable que las haya.

El arte es inútil, pero el hombre es incapaz de prescindir de lo inútil.

No tenemos tiempo para tomarnos nuestro tiempo.

Las ideologías nos separan. Sueños y la angustia nos unen.

Como todas las revoluciones, la revolución surrealista fue una reversión, la restitución, la expresión de las necesidades espirituales vitales e indispensables.

No existe una religión en la que la vida cotidiana no se considera una prisión, no hay filosofía o ideología que no cree que vivimos en la alienación.

Ninguna sociedad ha sido capaz de suprimir la tristeza humana, ningún sistema político puede librarnos del dolor de vivir, de nuestro miedo a la muerte, la sed de lo absoluto. Es la condición humana que dirige la condición social, no al revés.

La belleza es un rastro precioso que la eternidad hace aparecer a nosotros y que se aleja de nosotros. Una manifestación de la eternidad, y un signo de la muerte también.

Una obra de arte es, sobre todo, una aventura de la mente.