Frases de Jean-Jacques Rousseau

La lectura, la soledad, la ociosidad, una vida tranquila y sedentaria, las relaciones sexuales con jóvenes mujeres, estos son caminos peligrosos para un hombre joven, y estos lo llevan constantemente al peligro.

Nuestros afectos, así como nuestros cuerpos, están en un flujo perpetuo.

No es natural que una mayoría gobierne, una mayoría rara vez puede organizarse y unirse para una acción específica, en cambio, una minoría sí puede.

El dinero es la semilla de dinero, y la primera moneda es a veces más difícil de adquirir que el segundo millón.

Es muy difícil pensar noblemente cuando uno piensa sólo en ganarse la vida.

Cuan quiera que el talento natural de un hombre pueda ser, el acto de escribir no se puede aprender todo de una vez.

Sólo veo claramente lo que recuerdo.

La fuerza no constituye ley... la obediencia es debida sólo a los poderes legítimos.

La gente libre recuerda esta máxima: podemos adquirir la libertad, pero nunca se recupera si se pierde una vez.

¿Cuántos héroes famosos y alegres han vivido un día demasiado largo?

La virtud es un estado de guerra, y para vivir en ella siempre tenemos que luchar contra nosotros mismos.

Las almas básicas no tienen fe en los grandes individuos.

Me atrevo a exponer aquí lo más importante, la regla más útil de toda la educación. No se trata de ahorrar tiempo, sino no despilfarrarlo.

Nuestra voluntad es siempre para nuestro propio bien, pero no siempre vemos lo que es esto.

Planta y tu esposa plantará contigo; siembra y sembrarás solo

El remordimiento duerme durante el progreso, pero la conciencia amarga se despierta durante la adversidad.

Nuestros mayores males fluyen de nosotros mismos.

Ningún creyente verdadero puede ser intolerante o un perseguidor. Si yo fuera un juez y la ley permitiera la pena de muerte contra los ateos, me gustaría empezar por enviar a la hoguera a quien denunció a otro.

O el amor, si me arrepiento de la edad en que uno lo saborea, no es por la hora de placer, sino por aquello que lo sigue.

Yo fui durante mucho tiempo un niño, y sigo siéndolo en muchos aspectos.

Los héroes no son conocidos por la excelsitud de sus carros; los grandes fanfarrones son por lo general los más cobardes.

Asumo el mismo proyecto que Montaigne, pero con un objetivo contrario a su propia naturaleza, porque escribió sus Ensayos sólo para los demás, y yo escribo mis ensueños sólo para mí.

Aquellos que son más lentos haciendo una promesa son las más fieles en el desempeño de la misma.

El mundo de la realidad tiene sus límites, el mundo de la imaginación no tiene límites.

¿Qué sabiduría más grande se puede encontrar que la bondad?