Frases de Jean-Jacques Rousseau

El hombre ha nacido libre y en todas partes se encuentra encadenado.

La mayoría de las naciones, así como las personas son posibles sólo en su juventud; se convierten incorregibles a medida que crecen.

Yo siempre dije y sentí que el verdadero disfrute no puede ser descrito.

El que se ruboriza ya es culpable; la verdadera inocencia no se avergüenza de nada.

La formación de los niños es una profesión, donde hay que saber perder tiempo para ganarlo luego.

Felicidad: una buena cuenta bancaria, un buen cocinero, y una buena digestión.

La fama es el aliento de la gente, y que a menudo malsana.

Es una manía compartida por los filósofos de todas las edades el negar lo que existe y explicar lo que no existe.

La infancia es el sueño de la razón.

Te olvidas de que los frutos son de todos y que la tierra no es de nadie.

Dios me hizo y rompió el molde.

La persona que ha vivido más no es el que tiene más años, sino el que tiene las experiencias más ricas.

Odio los libros; sólo nos enseñan a hablar de cosas de las que no sabemos nada.

Nacemos débiles, necesitamos fuerza; indefensos, necesitamos ayuda; tontos, necesitamos razón. Lo único que nos falta al nacer, lo único que necesitamos cuando llegamos a mayores, es el regalo de la educación.

La gratitud es un deber que debe ser pagado, pero nadie tiene el derecho a esperarlo.

Las personas que saben poco suelen ser grandes conversadores, mientras que los hombres inteligentes, que saben mucho, dicen poca cosa.

La naturaleza nunca nos engaña, sino que somos nosotros los que nos engañamos.

A pesar de que la humildad es natural en el hombre, no es natural para los niños. La humildad sólo se inicia con el conocimiento del mal.

Los insultos son los argumentos empleados por los que están equivocados.

Todo hombre tiene derecho a arriesgar su propia vida para conservarla. ¿Se ha dicho nunca que un hombre que se arroja por la ventana para escapar de un incendio es culpable de suicidio?

Puedo no ser el mejor, pero al menos soy diferente.

Nadie tiene autoridad natural sobre sus semejantes.

Todos mis desgracias proceden de haber pensado demasiado bien de mis semejantes.

La falsedad tiene una infinidad de combinaciones, pero la verdad sólo tiene un modo de ser.

El silencio absoluto conduce a la tristeza. Es la imagen de la muerte.