Frases de Jean de La Fontaine

La mayor desgracia es merecer la desgracia.

Por su obra se conoce al artesano.

Todo adulador vive a expensas de quien lo escucha.

La desdicha es el vínculo más estrecho de los corazones.

De nada sirve el correr; lo que conviene es partir a tiempo.

En todas las épocas los pequeños han tenido que expiar por la tontería de los grandes.

A menudo encontramos nuestro destino por los caminos que tomamos para evitarlo.

La vergüenza de confesar el primer error, hace cometer muchos otros.

Engañar al que engaña es doblemente entretenido.

Ningún camino de flores conduce a la gloria.

El trabajo es el único capital no sujeto a quiebras.

Cualquier poder, si no se basa en la unión, es débil.

Todos los cerebros del mundo son impotentes contra cualquier estupidez que esté de moda.

La avaricia lo pierde todo por quererlo todo.

La sabiduría es un tesoro que nunca causa entorpecimientos.

Lo bello nos atrae, despreciamos lo útil; y lo bello muchas veces nos pierde.

La imaginación tiene sobre nosotros mucho más imperio que la realidad.

La paciencia y el tiempo hacen más que la fuerza y la violencia.

Las personas que hacen poco ruido son peligrosas.

La amistad, como la sombra vespertina, se ensancha en el ocaso de la vida.

Cosa dulce es un amigo verdadero; bucea en el fondo de nuestro corazón inquiriendo nuestras necesidades. No ahorra el tener que descubrirlas por nosotros mismos.

Vamos a hablar ignorancia como lo hará, el aprendizaje tiene su valor.

Por el trabajo que uno sabe el obrero.

La tristeza se va volando en las alas del tiempo.

La suerte siempre es el culpable.