Frases de José Marti

Para pedestal, no para sepulcro, se hizo la tierra, puesto que está tendida a nuestros pies.

Mi trabajo es cantar todo lo bello, encender el entusiasmo por todo lo noble, admirar y hacer admirar todo lo grande.

La patria es dicha, dolor y cielo de todos y no feudo ni capellanía de nadie.

Los hombres son como los astros, que unos dan luz de sí y otros brillan con la que reciben.

Vale más un minuto de pie que una vida de rodillas.

Ayudar al que lo necesita no sólo es parte del deber, sino de la felicidad.

El único autógrafo digno de un hombre es el que deja escrito con sus obras.

Es preferible el bien de muchos a la opulencia de pocos.

Los niños son la esperanza del mundo.

El derecho del obrero no puede ser nunca el odio al capital; es la armonía, la conciliación, el acercamiento común de uno y del otro.

Para ir delante de los demás, se necesita ver más que ellos.

Los derechos se toman, no se piden; se arrancan, no se mendigan.

El que tiene un derecho no obtiene el de violar el ajeno para mantener el suyo.

La libertad es el derecho que tienen las personas de actuar libremente, pensar y hablar sin hipocresía.

La libertad no puede ser fecunda para los pueblos que tienen la frente manchada de sangre.

También a un gran hombre lo puede exasperar una miserable mosca.

La gratitud, como ciertas flores, no se da en la altura y mejor reverdece en la tierra buena de los humildes.

Los bárbaros que todo lo confían a la fuerza y a la violencia, nada construyen, porque sus simientes son de odio.

La felicidad general de un pueblo descansa en la independencia individual de sus habitantes.

Buscamos la solidaridad no como un fin sino como un medio encaminado a lograr que nuestra América cumpla su misión universal.

Todo ser humano tiene dentro de sí un hombre ideal, al igual que todas las piezas de mármol contiene en bruto una estatua tan bella como la que el griego Praxiteles hizo del dios Apolo.

Otros hombres famosos, todos palabra y pocas obras, pronto se evaporan. La acción es la dignidad de la grandeza.

La única fuerza y la única verdad que hay en esta vida es el amor. El patriotismo no es más que amor, la amistad no es más que amor.

Es necesario poner de moda la virtud.

Un grano de poesía basta temporada de un siglo.