Frases de Juvenal

Cada quien sabe lo que trae en su morral.

Lo que da valor a un placer es usarlo raramente.

Las bromas son como la sal: se deben usar con gran precaución.

Que ni una palabra ni una mirada obscena manchen la casa en donde haya un niño.

Enhorabuena porque habéis dado un ciudadano a la patria; pero advierte que es con la precisa condición de que con vuestra educación le hagais útil a la república, en la guerra y en la paz.

El primer castigo del culpable es que su conciencia lo juzga y no lo absuelve nunca.

El dinero huele bien venga de donde venga.

¿Quién guardará a los guardianes?

El dinero se llora con un pesar más profundo que a los amigos o a los parientes.

Los hombres que tienen los mismos vicios se sostienen mutuamente.

Nadie se hizo perverso súbitamente.

Haz de manera que seas tú admirado y no lo que te pertenece.

Confiar en todos es insensato; pero no confiar en nadie es neurótica torpeza.

El mayor crimen es preferir la vida al honor y, por vivir la vida, perder la razón de vivir.

Nunca la naturaleza dice una cosa y la sabiduría otra.

La integridad del hombre se mide por su conducta, no por sus profesiones.

Ojalá, yo lo ordeno. Que mi voluntad tomar el lugar de una razón.

No es fácil para los hombres que suben cuyas cualidades se ven frustrados por la pobreza.

Nunca qué la naturaleza dice una cosa y la sabiduría otra.

Por las lágrimas de las mujeres no son más que el sudor de los ojos.

A un niño se le debe el máximo respeto, y si alguna vez ha tener algo vergonzoso en mente, no lo ignore tierna edad de tu hijo.

Todos desean poseer conocimientos, pero pocos, comparativamente hablando, están dispuestos a pagar el precio.

Rara es la unión de la belleza y la pureza.