Frases de Lao-tsé

El que todo lo juzga fácil encontrará la vida difícil.

Dios no recibe respuestas con palabras.

El hombre corriente, cuando emprende una cosa, la echa a perder por tener prisa en terminarla.

No vayas contra lo que es justo para conseguir el elogio de los demás.

El que domina a los otros es fuerte; el que se domina a sí mismo es poderoso.

Cuando dejo de ser lo que soy, me convierto en lo que podría ser.

La perfección del que imparte órdenes es ser pacífico; del que combate, carecer de cólera; del que quiere vencer, no luchar; del que se sirve de los hombres, ponerse por debajo de ellos.

Si no puedes avanzar una pulgada, retrocede un pie.

Todo lo difícil debe intentarse mientras es fácil.

Observa todo lo blanco que hay en torno tuyo, pero recuerda todo lo negro que existe.

La excelencia de un gobierno no se juzga por su orden.

Un viaje de mil millas comienza con el primer paso.

Gobierna mejor quien gobierna menos.

Poca fe se otorga a los que tienen poca fe.

Lo que le da su valor a una taza de barro es el espacio vacío que hay entre sus paredes.

El valor de un acto se juzga por su oportunidad.

Diferentes en la vida, los hombres son semejantes en la muerte.

Todo pasa; sólo la serenidad permanece.

El padre y el hijo son dos. La madre y el hijo son uno.

Aquél que obtiene una victoria sobre otro hombre es fuerte, pero quien obtiene una victoria sobre sí mismo es poderoso.