Frases de Platón

Lo que se mueve por sí mismo es inmortal.

En todas las cosas, naturales y humanas, el origen es lo más excelso.

Los hombres viven celosos de la inmortalidad.

El hombre embrutecido por la superstición es el más vil de los hombres.

Así como los ojos están formados para la astronomía, los oídos lo están para percibir los movimientos de la armonía.

Es necesario diferenciar las cosas: lo que siempre existe sin haber nacido, y lo que siempre está comenzando sin jamás llegar a ser.

Todo lo que nace proviene necesariamente de una causa; pues sin causa nada puede tener origen.

El hombre es un auriga que conduce un carro tirado por dos briosos caballos: el placer y el deber. El arte del auriga consiste en templar la fogosidad del corcel negro (placer) y acompasarlo con el blanco (deber) para correr sin perder el equilibrio.

Cada lágrima enseña a los mortales una verdad.

La burla y el ridículo son, entre todas las injurias, las que menos se perdonan.

La obra maestra de la injusticia es parecer justo sin serlo.

Debemos buscar para nuestros males otra causa que no sea Dios.

El tiempo es una imagen móvil de la eternidad.

El tiempo es la imagen de la eternidad en movimiento.

El objetivo de la educación es la virtud y el deseo de convertirse en un buen ciudadano.

Los muertos son los únicos que ven el final de la guerra.

Cuando una multitud ejerce la autoridad, es más cruel aún que los tiranos.

Dos excesos deben evitarse en la educación de la juventud; demasiada severidad, y demasiada dulzura.

El más importante y principal negocio público es la buena educación de la juventud.

La buena fe es el fundamento de toda sociedad, la perfidia es la peste.

El legislador no debe proponerse la felicidad de cierto orden de cuidadanos con exclusión de los demás, sino la felicidad de todos.

Allí donde el mando es codiciado y disputado no puede haber buen gobierno ni reinará la concordia.

La civilización es la victoria de la persuasión sobre la fuerza.

El virtuoso se conforma con soñar lo que el pecador realiza en la vida.

La belleza es el esplendor de la verdad.