Frases de San Agustín

No hubo tiempo alguno en que no hubiese tiempo.

¿Qué es, pues el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé; si quiero explicarlo a quien me lo pide, no lo sé.

La Ley ha sido dada para que se implore la gracia; la gracia ha sido dada para que se observe la ley.

La ociosidad camina con lentitud, por eso todos los vicios la alcanzan.

Si somos arrastrados a Cristo, creemos sin querer; se usa entonces la violencia, no la libertad.

El que no tiene celos no está enamorado.

Todo el que cree, piensa. Porque la fe, si lo que cree no se piensa, es nula.

En las cosas necesarias, la unidad; en las dudosas, la libertad; y en todas, la caridad.

Así como la verdad se produce por la medida, así la medida se produce por la verdad.

Una virtud simulada es una impiedad duplicada: a la malicia une la falsedad.

Obedeced más a los que enseñan que a los que mandan.

La sabiduría no es otra cosa que la medida del espíritu, es decir, la que nivela al espíritu para que no se extralimite ni se estreche.

Cuanto mejor es el bueno, tanto más molesto es para el malo.

Donde no hay caridad no puede haber justicia.

La medida del amor es amar sin medida.

Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor, si perdonas, perdonarás con amor.

Aprueba a los buenos, tolera a los malos y ámalos a todos.

La misma debilidad de Dios procede de su omnipotencia.

Dios no manda cosas imposibles, sino que, al mandar lo que manda, te invita a hacer lo que puedas y pedir lo que no puedas y te ayuda para que puedas.

Nadie niega a Dios, sino aquel a quien le conviene que Dios no exista.

Es mejor haber amado y perdido, que nunca haber amado en absoluto.

Inteligencia: conócete, acéptate, supérate.