Frases de Sigmund Freud

Qué progresos estamos haciendo. En la Edad Media me habrían quemado. Ahora se contentan con quemar mis libros.

Qué contraste inquietante que existe entre la inteligencia radiante del niño y la mentalidad débil de un adulto promedio.

Durante mucho tiempo hemos observado que toda neurosis tiene la consecuencia, y por lo tanto, probablemente el propósito, de obligar al paciente a salir de su vida real, de enajenarlo de la realidad.

Creemos que la civilización ha sido creada bajo la presión de las exigencias de la vida a costa de la satisfacción de los instintos.

Nunca estamos tan indefensos contra el sufrimiento como cuando amamos.

El tiempo dedicado a los gatos nunca se pierde.

La voz del intelecto es suave, pero no descansa hasta que se ha ganado una audiencia.

La tendencia a la agresión es una innata, independiente, instintiva disposición en el hombre... constituye un poderoso obstáculo a la cultura.

El psicoanálisis de los neuróticos nos ha enseñado a reconocer la íntima conexión entre orinarse en la cama y el rasgo de carácter de la ambición.

La psicología, cualquiera que sea su naturaleza, en sí misma es inconsciente.

La mente es como un iceberg, que flota con una séptima parte de su volumen por encima del agua.

La libertad del individuo no es un regalo de la civilización. Era incluso mayor antes de que existiera la civilización.

La interpretación de los sueños es el camino real hacia el conocimiento de las actividades inconscientes de la mente.

La gran pregunta que nunca ha sido contestada, y que aún no he podido responder, a pesar de mis treinta años de investigación del alma femenina, es "¿Qué quiere una mujer?"

La meta hacia la cual el principio del placer nos impulsa -de llegar a ser felices- no es posible: sin embargo, no podríamos -o mejor dicho, no podemos- renunciar a los esfuerzos para llegar más cerca a la realización de la misma por un medio u otro.

El objetivo de toda vida es la muerte.

El primer requisito de la civilización es la justicia.

El primer humano que lanzó un insulto en lugar de una piedra fue el fundador de la civilización.

El ego no es dueño de su propia casa.

El médico debe ser opaco a sus pacientes y, como un espejo, no debería mostrarles nada excepto lo que se muestra de ellos mismos.

La mente consciente puede ser comparada con una fuente jugando en el sol y cayendo de nuevo en la gran piscina subterránea del subconsciente en que se apoya.

El acto de nacimiento es la primera experiencia de la ansiedad, y por lo tanto la fuente y el prototipo del efecto de la ansiedad.

A veces un cigarro es simplemente un cigarro.

El sadismo está bien en su lugar, pero debería ser dirigido a fines justos.

La religión es una ilusión y deriva su fuerza del hecho de que cae con nuestros deseos instintivos.