Soy un conservador convencido por las razones de la experiencia y el peso de la evidencia de que casi todos los cambios no evolutivos son contraproducentes. Creo que la resignación del budista y el taoísta es, frente a la indignación de los revolucionarios, los sollozantes y los pedigüeños, virtud esencial y existencial del sabio perdida por completo en esta Europa keynesiana del Estado de malestar que renunció in illo tempore al paganismo y apostó por el judeocristianismo. Mi filosofía, además, se resume en lo que dijo un filósofo presocrático: "Nada importa nada".
Frase de Filosofía | Fernando Sánchez Dragó