Las suelas de las botas de Neil Armstrong en la Luna hacen impresiones permanentes en nuestra alma y en nuestra psique nacional. Ann y yo vimos los pasos juntos en el sofá de sus padres. Al igual que todos los estadounidenses nos fuimos a la cama esa noche sabiendo que vivimos en el país más grande en la historia del mundo. Dios bendiga a Neil Armstrong.
Frase de Historia | Mitt Romney