Freud nos enseñó que no era Dios esa sentencia impuesta sobre nosotros y nos hizo sentir culpables cuando salimos de la línea. En cambio, fue el superyó - ese concepto idealizado de lo que es una buena persona se supone que es y lo hacen - que nos dan nuestros padres, que nos condena a lo que había sido hasta entonces considerado como un comportamiento impío.
Frase de Padres | Tony Campolo