Ten buena conciencia y tendrás siempre alegría. Si alguna alegría hay en el mundo la tiene seguramente el hombre de corazón puro.
El mal, en cualquier forma que tome dentro de lo humano, no tiene significación alguna para una alma fuerte, aplomada y segura de sí misma.
Sólo conviene la mediocridad. Esto lo ha establecido la pluralidad, y muerde a cualquiera que se escapa de ella por alguna parte.
Generalmente, se puede asegurar que no hay nada más terrible en la sociedad que el trato de las personas que se sienten con alguna superioridad sobre sus semejantes.
Los errores poseen su valor, aunque sólo en alguna ocasión. No todo el mundo que viaja a la India descubre América.
Todas las buenas maneras tienen que principiar compartiendo alguna cosa con sencillez. Dos hombres tienen que compartir un paraguas; si no tienes un paraguas, tendrán por lo menos que compartir la lluvia, con todas sus ricas posibilidades de humor y de filosofía.
La filosofía del vagabundo se apoya en la no necesidad de nada y el buen talante de aceptarla sin queja alguna.