Y así después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar, decidí no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas, decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución, decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis, decidí ver cada noche como un misterio a resolver, decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz. Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, y que en éstas, está la única y mejor forma de superarnos. Aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar, descubrí que no era yo el mejor y que quizás nunca lo fui. Me dejó de importar quién ganara o perdiera; ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer. Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir. Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamar a alguien «Amigo». Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento, «el amor es una filosofía de vida». Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente; aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás. Aquel día decidí cambiar tantas cosas.... Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad. Desde aquel día ya no duermo para descansar... ahora simplemente duermo para soñar.
La muerte es el libertador de aquel que la libertad no puede desprenderse, el médico de aquel que la medicina no puede curar, y el edredón de aquel a quien el tiempo no puede consolar.
El verdadero amigo es aquel que comparte nuestras alegrías cuando es llamado y aquel que comparte nuestras penas sin ser llamado.
Un amigo no es aquel que te cuenta sus alegrías y sus penas, un amigo es aquel que las escucha, sufre, y aconseja.
Un amigo es aquel que te hace sentir que la felicidad es la etapa más cercana de aquel lejano futuro...
Amigo, no es aquel que te presta dinero, sino aquel que te lo niega porque sabe el destino que lleva.
Un verdadero amigo no es aquel que conoces desde pequeño, sino aquel con el que te sientes identificado y disfrutas estando a su lado...
¿Qué es un amigo? El amigo es aquel que te comprende, que te cuida, que te escucha, que sabe siempre que decir o que hacer para hacerte sentir mejor, es aquél que te apoyó incondicionalmente, en pocos palabras amigo eres tú.
El hombre que más ha vivido no es aquel que más años ha cumplido, sino aquel que más ha experimentado la vida.
Optimista es aquel que cree que todo está bien menos el pesimista; y, pesimista, aquel que cree que todo está mal, excepto él mismo.
Un amigo debe ser aquel en cuyo conocimiento y virtud podemos confiar, y cuya opinión valoramos por su equidad y su sinceridad.
Aquél que obtiene una victoria sobre otro hombre es fuerte, pero quien obtiene una victoria sobre sí mismo es poderoso.
El sexo, el dolor y el amor son experiencias límite del hombre. Y solamente aquel que conoce esas fronteras conoce la vida; el resto es simplemente pasar el tiempo, repetir una misma tarea, envejecer y morir sin saber realmente lo que se estaba haciendo aquí.
Sólo aquel que se dedica a una causa con todas sus fuerzas y alma puede ser un verdadero maestro. Por esta razón el dominio exige todo de una persona.
Aquel incómodo momento en que estás mirando a la ventanilla de un coche y, de repente, ves que hay alguien dentro.
Al que no le gusta la política corre el riesgo de pasar toda su vida entera siendo mandado por aquel al que le gusta la política.
Si se estableciera un régimen de completa libertad económica, la libertad social y política se producirían automáticamente. Y hasta que aquél sea establecido, ni la libertad social, ni la política pueden existir. Acá uno avista la razón por la cual el estado nunca tolerará el estableciento de la libertad económica (...) Si lo hiciera estaría firmando su sentencia de muerte.
El hombre fuerte es aquel que es capaz de interceptar a su antojo la comunicación entre los sentidos y la mente.
El que no sabe nada está más cerca de la verdad que aquel cuya mente está llena de falsedades y errores.
Aprendí que el coraje no es la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él. El hombre valiente no es aquel que no siente miedo, sino el que conquista ese miedo.
El competidor a temer es aquel que nunca se preocupa de ti en absoluto, sino que se preocupa todo el tiempo en hacer su propio negocio mejor.
Recuerdo un momento específico, viendo a mi abuela colgar la ropa en el tendedero, y ella me decía: "vas a tener que aprender a hacer esto", y yo estaba en aquel espacio de toma de conciencia de la juventud y sabía que mi vida no sería igual que la vida de mi abuela.
En aquel entonces la gente cerraba los ojos y escuchaba música. Hoy en día hay una gran cantidad de imágenes que van con la música. Mucha de la música es una mierda y es toda comercial y las imágenes se hacen para intentar vender el disco.
El poder público, ante esta realidad, se cree en el caso de proseguir por el camino de la injerencia y nacionaliza el comercio exterior. Todo aquel que reciba divisas —procedentes, por ejemplo, de una exportación— habrá de cederlas al correspondiente organismo al precio oficialmente fijado.
Tú que me juzgas, no juzgues solo este libro o aquél, ven a este lugar sagrado donde los retratos de mis amigos cuelgan y míralos; rastrea la historia de Irlanda en sus lineamientos; piensa en la gloria del hombre, empieza y termina en sus amigos.
El hombre inteligente es aquel que ha cumplido con éxito muchos logros, y aún está dispuesto a aprender más.
El amor romántico, de la pornografía como en la vida, es la celebración mítica de la negación femenina. Para una mujer, el amor se define como su disposición a someterse a su propia aniquilación. La prueba del amor es que ella está dispuesta a ser destruida por aquel a quien ella ama, por su bien. Para la mujer, el amor es siempre auto-sacrificio, el sacrificio de la identidad, la voluntad y la integridad corporal, a fin de cumplir y redimir a la masculinidad de su amante.
Tres veces me han arrebatado la casa y la existencia, me han separado de mi vida anterior y de mi pasado, y con dramática vehemencia me han arrojado al vacío, en ese no sé adónde ir que ya me resulta tan familiar. Pero no me quejo: es precisamente el apátrida el que se convierte en un hombre libre, libre en un sentido nuevo; sólo aquel que a nada está ligado, a nada debe reverencia.
Un amigo debe ser aquel en cuyo conocimiento y la virtud que podemos confiar por igual, y cuya opinión podemos valorar a la vez por su justicia y su sinceridad.
Hay algo en el amor desinteresado y abnegado de un animal que llega directamente al corazón de aquel que ha tenido frecuentes ocasiones de comprobar la amistad mezquina y la frágil fidelidad del Hombre.