Aunque el Vaticano sostenga que la castidad es el valor supremo, en cualquier caso, me parece la aberración sexual más grande.
Hay otro linaje de escépticos muchos más terribles, si cabe, que los que creen que todo es materia; todavía queda el caso de aquel escéptico para quien todo se reduce a su propio yo.
No hablaríamos tanto en sociedad si nos diéramos cuenta del poco caso que hacen los demás de lo que decimos.
Si un hombre te dice que pareces un camello, no le hagas caso; si te lo dicen dos, mírate un espejo.
Si el partido principal, sea el pueblo, el ejército o la nobleza, que os parece más útil y más conveniente para la conservación de vuestra dignidad está corrompido, debéis seguirle el humor y disculparlo. En tal caso, la honradez y la virtud son perniciosas.
Si alguien busca la salud, pregúntale si está dispuesto a evitar en el futuro las causas de la enfermedad; en caso contrario, abstente de ayudarle.
Es necesario que haya uno o varios principios y aun, en caso de existir uno sólo, que éste sea inmóvil e inmutable.
Al principio de las catástrofes, y cuando han terminado, se hace siempre algo de retórica. En el primer caso, aún no se ha perdido la costumbre; en el segundo, se ha recuperado. Es en el mismo momento de la desgracia cuando uno se acostumbra a la verdad.
Los más ilustrados de entre los griegos sostenían que la esclavitud era justificable siempre que los amos fueran griegos y los esclavos bárbaros, pero el caso opuesto era contrario a la naturaleza.