Cuando la edad de las pasiones ha pasado ¿qué otra cosa podemos desear si no es evadirnos de la vida con la menor cantidad posible de dolor?
No hay alma, por poco noble que sea, que permanezca tan aferrada a los objetos de los sentidos que, a veces, no se aparte de ellos para desear un bien mayor.
Los hombres mediocres, que no saben que hacer con su vida, suelen desear el tener otra vida más infinitamente larga.
Ningún hombre es tan tonto como para desear la guerra y no la paz; pues en la paz los hijos llevan a sus padres a la tumba, en la guerra son los padres quienes llevan a los hijos a la tumba.
Un cuerpo sano es cosa buena; pero un alma sana vale más que todo lo que el hombre pueda desear; un alma sana es lo más hermoso que el cielo pueda concedernos para hacer feliz esta pobre tierra nuestra.
Es una especie de obediencia muy agradable a los ojos de Dios no desear dispensas sin mucha necesidad.