Jesucristo a sus discípulos: y=x^2. Se quedan todos callados y de repente Juan dice: No lo entiendo. -Es que es una parábola.
Jesús tenía razón, pero sus discípulos eran corrientes y ordinarios. Son ellos los que lo arruinaron todo para mi.
De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si os tenéis amor los unos a los otros. (Juan 13:35)
La música es a la vez el producto de la sensibilidad y el conocimiento, ya que exige a sus discípulos, compositores y artistas por igual, no sólo el talento y entusiasmo, pero también que el conocimiento y la percepción de que son el resultado de un estudio prolongado y la reflexión.
Se pide a Cristo nuestro Señor que nos conceda la verdadera humildad y la abnegación de la voluntad y juicio, para que podamos merecer que empezar a ser sus discípulos.
No son unos pocos entre los discípulos de caridad que requieren, en su vocación, apenas menos entusiasmo que los devotos del placer en el suyo.
Si las obras de Jesús eran mucho más maravilloso que el hombre podía realizar como para merecer ser llamados milagros, ¿no es absurdo advertir a sus discípulos con tanta fuerza para no ser engañados por las obras de los demás?
El verdadero maestro defiende a sus alumnos contra su propia influencia personal. Inspira confianza en sí mismo. Él guía a los ojos de sí mismo al espíritu que le da vida. Él no tendrá discípulos.