La gente que crea cosas en nuestros días puede esperar ser perseguida por gente muy moralista incapaz de crear nada. No hay manera de medir el escalofriante efecto sobre la innovación que resulta de las amenazas impositivas, regulatorias y de la persecución contra cualquier cosa que tenga éxito. Nunca sabremos cuantas cosas ha abortado nuestro gobierno en nombre de nuestra protección.
Si en el 2008 España tenía un problema de exceso de deuda privada, el gobierno tenía que haber tomado medidas para reducir la deuda privada. En lugar de hacerlo, aumentó la deuda pública. ¿Alguien lo entiende?
Yo me considero una persona con suerte y con éxito. A los veintitrés años tenía resuelta mi vida, a los veinticuatro estaba casado y llevo, como le digo, prácticamente desde los veinticinco en política, después de dos años y medio como presidente de una comunidad autónoma, diez como presidente de un partido, y dos y medio, también, como presidente de Gobierno.
Ante un asunto turbio -Gestcartera- hay quien intenta entorpecer y ocultar, frente a quien intenta exigir responsabilidades. En el Gobierno y en el PP tenemos claro de qué lado estamos: estamos donde está la mayoría de nuestros conciudadanos; al frente de esa mayoría que no soporta las trapacerías de nadie y que quiere la luz y taquígrafos, caiga quien caiga.
La empresa privada crea; el gobierno destruye. Esta es la gran lección económica de nuestros y todos los tiempos.
Los anarquistas son realistas duros. En cambio aquellos que tienen esa fijación con algún tipo de gobierno ideal, que en realidad no es más que una banda criminal con bandera, son los verdaderos soñadores idealistas sin una firme comprensión de la realidad.
Una vanguardia de tecnócratas asumiría un gobierno todopoderoso sobre la persona y la propiedad de todos en nombre del "pueblo" y de la "democracia".
La deuda del gobierno y sus obligaciones han crecido sin interrupción, con ello incrementando la necesidad de futuras expropiaciones. Debido a la substitución del oro por el papel, la inseguridad financiera ha incrementando bruscamente, y somos continuamente robados a través de la depreciación monetaria.
Creo muy profundamente en el hombre, y en la dignidad del individuo humano. Soy partidario de la libertad individual frente al Gobierno. Así como también soy partidario de la autodisciplina personal del hombre. Por esto apoyo el liberalismo.
Hay dos maneras para disciplinar al hombre: con el Gobierno o mediante su propia conciencia. En la historia de la humanidad, cuando el estatismo delirante ha primado frente al liberalismo, hemos podido ver el horror de los regímenes totalitarios estatistas.
Un gobierno suficientemente grande como para darte todo lo que quieras, es lo suficientemente fuerte como para sacarte todo lo que tienes.
El Gobierno actual, con la subida del impuesto de sociedades ha hundido la cotización de estas firmas hundiendo el 'efecto riqueza' de los españoles que tenían acciones, fondos de inversión y pensiones.
Aprendí a contar hasta diez, a pesar de que sólo tengo nueve dedos, para no cometer errores. Un error en cualquier otro gobierno del mundo es otro error, pero en el nuestro, en Brasil, no se puede dar.
A los progresistas les gusta decir cosas como, “Nosotros sólo pedimos que cada uno pague su cuota justa”. Pero el gobierno no tiene nada que ver con pedir. Tiene que ver con ordenar. La diferencia es fundamental. Es la diferencia entre hacer el amor y ser violado, entre trabajar para vivir y ser un esclavo. La agencia tributaria no pide a nadie que haga nada. Ésta confisca tu patrimonio y te pone detrás de las barras si no pagas.
Los anarquistas son, simplemente, demócratas jeffersonianos hasta las últimas consecuencias y sin miedo de éstas. Ellos creen que 'el mejor gobierno es el que menos gobierna', y el que gobierna menos es el que no gobierna en absoluto.
Empíricamente, y tomando al siglo XX en su totalidad, el gobierno más belicoso, más intervencionista, más imperialista ha sido el de los Estados Unidos.
A veces soy un zorro y, a veces un león. El secreto de todo gobierno está en saber cuándo serás uno u otro.
Un gobierno no debe movilizar un ejército por ira, y los jefes militares no deben provocar la guerra por cólera.
Se ha dicho que la democracia es la peor forma de gobierno, excepto todas las demás que se han probado.
Merece la pena morir por la democracia, porque es la forma más profundamente honrada de gobierno jamás inventada por el hombre.
Estoy absolutamente en contra de una tarjeta de identificación nacional (DNI). Esta es una contradicción total acerca de lo que una sociedad libre se trata. El propósito del gobierno es proteger el secreto y la privacidad de todos los individuos, no el secreto de los gobiernos. No necesitamos una tarjeta de identificación nacional.
Estoy absolutamente convencido de que la mejor fórmula para que tengamos paz y preservemos el modo de vida norteamericano es la libertad, el gobierno limitado, y cuidarnos de nuestros propios asuntos en el extranjero.
Piensa lo que Woodrow Wilson representaba: apoyó la creación un gobierno mundial. Quería una de las primeras Naciones Unidas, la Liga de Naciones. Pero fueron los conservadores, y republicanos, que se levantaron contra él.
Si los estadounidenses entran y derrocan a Saddam Hussein y resulta que está limpio, no tiene nada, voy a pedir disculpas a la nación, y no voy a confiar en el gobierno de Bush de nuevo.
Si algún ministro extranjero empieza a defender hasta la muerte una "conferencia de paz", usted puede estar seguro de que su Gobierno ya ha puesto a sus órdenes nuevos acorazados y aviones.
El Gobierno, incluso en su mejor estado, es un mal necesario; y en su peor estado, es un mal intolerable.
El gobierno formal es abolido, la sociedad comienza a actuar. Una asociación general se lleva a cabo, y el interés común produce seguridad común.
La sociedad en cada estado es una bendición, pero el gobierno, incluso en su mejor momento, es un mal necesario, y en su peor estado es intolerable.
En aquellas asociaciones que forman promiscuamente los hombres con el fin de comerciar o cualquier otra cosa, en que el gobierno está fuera de lugar y en que actúan simplemente sobre los principios de la sociedad, vemos cuán naturalmente se unen las distintas partes y esto demuestra, por comparación, que los gobiernos, lejos de de ser siempre la causa o medio del orden, son a menudo la destrucción de éste.
La mayoría de los estadounidenses no son el tipo de ciudadanos que se espera de los Padres Fundadores, sino que son siervos satisfechos. Lejos de ser críticos activos del gobierno, asumen que siempre lo hace bien.
Mis padres son ingleses y llegaron a Australia en 1967. Nací el año siguiente. Mis padres y los inmigrantes como ellos, eran conocidos como '£10 poms'. En ese entonces, el gobierno australiano estaba tratando de educar a los británicos y a los canadienses -ser personas honestas y blancos educados- para venir a vivir a Australia.
La democracia es una forma de gobierno que sustituye la elección por el nombramiento de muchos incompetentes por pocos corruptos.
En cuanto a la condición moral del gobierno de la mayoría, debe señalarse que permite para A y B unirse para estafar a C; C y A, a su vez, unirse para estafar a B y luego B y C conspirar contra A, y así sucesivamente.
Hasta el inicio del siglo XX, era difícil encontrar un importante pensador político que no se refiriera con desprecio a la democracia. La palabra clave utilizada para describir la democracia era “multitud desorganizada” o “ley de la calle”, o incluso “gobierno de la mafia”.