Ni la vida ni la libertad ni la propiedad de ningún hombre están a salvo cuando la legislatura está en sesión.
El credo libertario descansa sobre un axioma central: de que ningún hombre o grupo de hombres puede tener el derecho de agredir a la persona o a la propiedad de cualquier otro. Esto puede ser llamado el axioma de la no agresión. Agresión es definida como la iniciación del uso, o la amenaza, de violencia física contra la persona o propiedad de cualquier otro. Agresión es consecuentemente sinónimo de invasión.
La afirmación de los derechos humanos (en contraposición a los derechos de los animales) no es propiamente una razón emotiva nada más; los individuos poseen derechos, no porque “sintamos” que deberían, sino debido a una investigación de la naturaleza del hombre y del universo.
El axioma básico de la teoría política libertaria postula que cada hombre es dueño de sí mismo, en posesión de soberanía absoluta sobre su propio cuerpo. En efecto, esto significa que nadie puede invadir o agredir justamente el cuerpo de otra persona. Se sigue entonces que cada persona posee justamente cualquier recurso, previamente sin dueño, de la que esta se apropie o que “mezcle con su trabajo”. A partir de estos axiomas gemelos –Propiedad sobre sí mismo y la apropiación originaria– se construye la justificación para el sistema entero de títulos de propiedad en una sociedad de libre mercado. Este sistema establece el derecho de cada persona a su propia persona, el derecho a donar, dar en herencia (y consecuentemente el derecho a heredar) y el derecho al intercambio contractual de títulos de propiedad.
Una defensa del Estado sostiene que el hombre es un “animal social”, que debe vivir en sociedad, y que individualistas y libertarios creen en la existencia de “individuos atomizados” sin influenciar y sin guardar relación con sus semejantes. Pero no, los libertarios nunca han celebrado individuos aislados como los átomos, por el contrario, todos los libertarios han reconocido la necesidad y de las enormes ventajas de la vida en sociedad, y de participar en la división social del trabajo. La gran non sequitur cometido por los defensores del Estado, incluidos los filósofos aristotélicos y tomistas clásicos, es saltar de la necesidad de la sociedad a la necesidad del Estado.
En el estado socialista ideal, el poder no atraerá a maniáticos sedientos de poder. La gente que toma las decisiones no mostrará el más leve sesgo debido a sus propios intereses. No habrá forma de que un hombre inteligente manipule a las instituciones para servir a sus propios intereses. Y los ríos fluirán montaña arriba.
Descarta los desahuciados harapos de ese vicio al que llamas virtud: la humildad – aprende a valorarte a ti mismo, que quiere decir: a luchar por tu felicidad – y cuando aprendas que el orgullo es la suma de todas las virtudes, aprenderás a vivir como un hombre.
Lo que Objetivismo te dirá es que la razón, la razón del hombre, es su instrumento básico de supervivencia. Esa es la facultad más importante que tiene, y tiene que guiar su vida y tomar sus decisiones por medio de SU facultad racional. Él tiene que tomar sus propias decisiones pero tiene que SABER cómo tomarlas. Es inmoral el actuar basado en sus emociones, dejarse guiar por el capricho del momento. Eso, Objetivismo lo considera muy malo, muy inmoral. Y la moralidad, de hecho, consiste en seguir tu razón hasta el punto de que seas capaz. Así que la racionalidad es la virtud básica, de la cual todas las otras proceden.
Atacar a un hombre, no por sus faltas, sino por sus virtudes. Porque el que consigas triunfar tú mismo, en cualquier aspecto de actividad racional, es una gran virtud, y la gente te atacará por ello. Querrán que te sientas culpable por ello. Esa es la peor maldad, de acuerdo con mi filosofía. Es lo que yo llamo “El odio de lo bueno por ser lo bueno”. Eso es atacar a las personas por sus virtudes. Por sus logros. Por cualquier cosa que tengan que sea un VALOR, realmente. No por sus fallos, y no por su maldad. De hecho, la gente que predica eso son los que están a favor de los malvados.
El hombre sin espíritu musical y que no se conmueve con la armonía de dulces sonidos, es capaz de todas las triciones, insidias y latrocinios.
El hombre se hace civilizado no en proporción a su disposición para creer, sino en proporción a su facilidad para dudar.
Cualquier hombre que aflige a la raza humana con las ideas deben estar preparados para verlos mal entendido.
Un hombre no debe tratar de eliminar sus complejos, sino llegar a un acuerdo con ellos: son ellos los que dirigen su conducta en el mundo.
Un hombre que haya sido el favorito indiscutible de su madre mantiene de por vida el sentimiento de un conquistador.
Si un hombre ha sido querido indiscutido de su madre, él conserva durante toda su vida el sentimiento triunfante, la confianza en el éxito, que no siempre conduce al éxito real a lo largo de la misma.
Así como un hombre de negocios prudente evita invertir todo su capital en una misma cosa, la sabiduría es probable que también nos advierta a no anticipar toda nuestra felicidad en un solo lugar.
El hombre se ha, por así decirlo, convertido en una especie de prótesis de Dios. Cuando se pone en todos sus órganos auxiliares, él es realmente magnífico; pero esos órganos no han crecido con él y todavía le dan muchos problemas.
La tendencia a la agresión es una innata, independiente, instintiva disposición en el hombre... constituye un poderoso obstáculo a la cultura.
Un hombre estaba sentado tranquilo, leyendo el periódico, cuando su mujer, furiosa, llega de la cocina y le endiña con una sartén que casi le abre la cabeza. - ¡Por Dios! ¿Pero, qué coño te pasa? - ¡¡¡Es por el papelito que encontré en el bolsillo de tu pantalón!, ¡cabrón!, ¡con el nombre de "Marylou" y un número!!! - Joder, cariño... ¿te acuerdas del día que fui a los caballos? Pues Marylou era el caballo al que aposté, y el número es cuánto estaban pagando por la apuesta.. Satisfecha, la mujer se retiró pidiéndole disculpas. Días después, estaba él nuevamente sentado tranquilo, cuando recibe otra soberana hostia, pero esta vez con la olla a presión. Aturdido y cabreado le dice:¡¡¡¡¡¡COJONES, pero se puede saber qué coño te pasa¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ NADA, cariño...........!!!!!TU CABALLO AL TELEFONO!!!!!
Una gran ciudad, cuya imagen permanece en la memoria del hombre, es el tipo de una gran idea. Roma representa la conquista; la Fe se cierne sobre las torres de Jerusalén; y Atenas representa la calidad pre-eminente del mundo antiguo, el Arte.
Ten cuidado en tratar de ser un gran hombre rápidamente. Uno de cada diez mil intentos puede tener éxito. Estas son las probabilidades del miedo.
El hombre debe crear un método para todos los conflictos humanos que rechace la venganza, la agresión y la represalia. El fundamento de este método es el amor.
Ser el hombre más rico del cementerio no me importa. Ir a la cama por la noche diciendo que hemos hecho algo maravilloso, eso es lo que me importa.
El diseño es el alma fundamental de una creación hecha por el hombre que termina expresándose en sucesivas capas externas del producto o servicio. El iMac no es sólo el color o la translucidez o la forma del ordenador. La esencia del iMac es ser el mejor equipo posible de los usuarios en el que cada elemento juega en conjunto.
Hay dos maneras para disciplinar al hombre: con el Gobierno o mediante su propia conciencia. En la historia de la humanidad, cuando el estatismo delirante ha primado frente al liberalismo, hemos podido ver el horror de los regímenes totalitarios estatistas.
Estoy interesado en el hecho de que cuando menos seguro es un hombre, más probable es que tenga prejuicios extremos.
El laissez faire está caducado. Siendo anti-individualista, la concepción fascista se pronuncia por el Estado; y se pronuncia por el individuo en cuanto éste coincide con el Estado, que es conciencia y voluntad del hombre en su existencia histórica. El liberalismo negaba al Estado en interés del individuo particular; el fascismo reconfirma al Estado como verdadera realidad del individuo. Se pronuncia por la única realidad que puede ser una cosa seria, a saber, la libertad del Estado y del individuo en el Estado. Ello, en razón de que, para el fascista, todo reside en el Estado, y nada que sea humano o espiritual existe fuera del Estado.
Casi todo hombre que desarrolla una idea trabaja hasta el punto en que parece imposible, y entonces él abandona. Ese no es el lugar para desanimarse.
Uno podría pensar que el valor monetario de una invención constituye su recompensa al hombre que ama su trabajo. Pero... Sigo creyendo que mi mayor placer, y por eso mi recompensa, es el trabajo que precede a lo que el mundo llama éxito.
La inquietud es el descontento y el descontento es la primera necesidad de progreso. Muéstrame un hombre completamente satisfecho y te mostraré un fracaso.
Excepto el loco, todo el hombre es capaz de razón y de voluntad. Pero muchos no escuchan más que sus pasiones y no tienen más que caprichos. Entre ellos se encuentran los que tienen la pretensión de mandar.
Obligar a un hombre a proporcionar contribuciones de dinero para la propagación de opiniones que no cree y aborrece, es pecaminoso y tiránico.
El racismo es la forma más baja y groseramente primitiva de colectivismo. Es la idea de atribuir significado moral, social y político al linaje genético de una persona, la noción de que los rasgos intelectuales y de carácter de un hombre son producidos y transmitidos por la química interna de su cuerpo.
El hombre libre no se pregunta ni qué puede hacer su país por él, ni qué puede hacer él por su país.
Yo creo en Dios, pero no como una cosa, no como un hombre viejo en el cielo. Creo que lo que la gente llama Dios es algo que todos llevamos dentro. Creo que lo que Jesús y Mahoma y Buda y todo el resto dijeron que era correcto. Es solo que las traducciones no se hicieron bien.
Se puede aprender del carácter de un hombre mediante los adjetivos que habitualmente utiliza en la conversación.