La competitividad se ha convertido en una obsesión constante de los dirigentes políticos, la prensa popular, las corporaciones y las instituciones nacionales e internacionales. Incluso los simples ciudadanos se preocupan por la "competitividad" de una nación cuando observan, perplejos, cómo el outsourcing o la fabricación en otros lugares se lleva puestos de trabajo de su país de origen.
Un sistema económico que, en cuestión de 200 años, ha asegurado que la vida promedio de la familia trabajadora que los reyes del pasado habrían calificado como de lujo es ciertamente prodigiosa. Bueno, eso es precisamente lo que el sistema de libre mercado ha hecho.
Empezaré haciendo algo muy impopular, algo que no encaja en las modas intelectuales de hoy en día, y que, por lo tanto, es "anti consenso": Empezaré por definir los términos que emplee, para que así sepa usted de qué estoy hablando...." "Si usted quiere propagar una idea ultrajantemente malvada (basada en doctrinas tradicionalmente aceptadas), su conclusión debe ser desvergonzadamente clara, pero su prueba ininteligible. Su prueba debe ser una madeja tan liada que paralizará la facultad crítica del lector -una madeja de evasiones, equivocaciones, ofuscaciones, circunloquios, non sequiturs, frases inacabables que no llevan a ninguna parte, asuntos colaterales irrelevantes, pruebas meticulosamente largas de lo obvio, y grandes pedazos de lo arbitrario arrojados como verdades evidentes por sí mismas, todo ello descansando sobre un cero: La ausencia de definiciones.
Ni español ni extranjero, ni blanco ni negro, ni mujer ni varón. Soy yo sin etiquetas, que es lo contrario del ego. Toda mi vida he luchado por destrozar el ego para que emerja el yo profundo. Ulises dijo al cíclope: “Yo soy nadie. Un hombre sin etiquetas”. Yo también lo soy. Hace años leí en El manantial, de Ayn Rand, una frase que me impresionó: Para decir yo te amo, primero hay que aprender a decir yo.
Si la propiedad naciera con la ley, el estado "no roba", porque mediante su ley generaría la propiedad. Así es impune y tiene todo el poder.
La gente ya está empezando a darse cuenta de que el Estado es demasiado costoso. Lo que aún no terminan de comprender es que el peso de ese coste recae sobre ellos.
Todo el mundo quiere vivir a expensas del Estado. Se olvidan de que el Estado quiere vivir a expensas de todo el mundo.
El liberalismo no conoce ni el sometimiento, ni la anexión; ya que el liberalismo es indiferente al propio Estado, el problema del tamaño del Estado es también indiferente. El liberalismo no obliga a nadie a permanecer en contra de su voluntad dentro de la estructura estatal. El que quiera emigrar o vivir en una legislación específica no debe ser obligado. Cuando una porción de la población quiere dejar de pertenecer a una unidad, el liberalismo no le impedirá consumar tal fin. Colonias, ciudades o distritos que quieran ser independientes son libres de hacerlo. Una nación es una entidad orgánica y, como tal, no puede ser aumentada ni reducida por cambios en la formación de sus estados; el mundo en su conjunto no se ve afectado por esta nueva disposición.
La monopolización del dinero y la banca es el pilar fundamental sobre el que descansa el Estado moderno. De hecho, es probable que sea convertido en el instrumento más preciado para aumentar los ingresos del Estado. En ningún otro lugar puede el Estado hacer la conexión entre la redistribución de gastos y la explotación de retorno de forma más directa, rápida y segura que al monopolizar el dinero y la banca. Y en ningún otro lugar hay planes estatales menos claros que aquí.
Ten en cuenta, además, que no es más inmoral robar directamente a los ciudadanos que imponer impuestos indirectos en el precio de los bienes de los que no pueden prescindir.
La guerra supone, en su progreso, una serie de circunstancias no previstas que ningún humano puede calcular su final; pero tiene una cosa segura, y es la de aumentar los impuestos.
El Gobierno, incluso en su mejor estado, es un mal necesario; y en su peor estado, es un mal intolerable.
Si te gusta un gobierno pequeño tienes que trabajar duro para tener una fuerte defensa nacional que no sea tan militante. La libertad personal es el propósito del gobierno, proteger la libertad -no para dictar tu vida personal, no para dirigir la economía, y no para pretender decirle al mundo cómo se debe vivir.
Estoy absolutamente en contra de una tarjeta de identificación nacional (DNI). Esta es una contradicción total acerca de lo que una sociedad libre se trata. El propósito del gobierno es proteger el secreto y la privacidad de todos los individuos, no el secreto de los gobiernos. No necesitamos una tarjeta de identificación nacional.
Créeme, el siguiente paso es una crisis monetaria, ya que habrá un rechazo del dólar, el rechazo del dólar es un evento muy, muy grande, y luego tus libertades personales van a ser seriamente amenazadas.
Todo inicio de la fuerza es una violación de los derechos de otra persona. Ya sea iniciada por un individuo o por el Estado, ya sea para el beneficio de un individuo o grupo de individuos, aunque ese beneficio sea para otro individuo o grupo de individuos.
Un sistema capitalista supone una moneda sólida, no dinero fiat manipulado por un banco central. El capitalismo valora contratos voluntarios y tasas de interés que están determinadas por el ahorro, no mediante creación de crédito por un banco central.
El gobierno existe para protegernos los unos de los otros. Donde el gobierno ha ido más allá de sus límites es en la decisión de protegernos de nosotros mismos.
Espero que nuestra sabiduría crezca con nuestro poder y nos enseñe que cuanto menos usemos nuestro poder, mejor será.
Creo que el factor más importante para salir de la recesión en realidad es sólo la capacidad de regeneración del capitalismo estadounidense.
El Estado se queda el 50% de tus rentas laborales. El 21% de tus inversiones. Más del 50% de tu gasolina, el 80% de tu tabaco y más del 50% del alcohol que consumes. Aún así, el Estado es insolvente, tiene un déficit astronómico y emite deuda casi a 6% que solo los bancos nacionales adquieren para comprar favores políticos. El Estado no sale a cuenta.
Si el hombre no es capaz de gobernarse a si mismo, ¿cómo puede gobernar a los demás? Y, si sabe gobernarse, ¿para qué necesita que le gobiernen?
El hombre libre no se pregunta ni qué puede hacer su país por él, ni qué puede hacer él por su país.
El liberalismo es el respeto irrestricto por los proyectos de vida de otros. Esto implica que el uso de la fuerza va a ser solo con carácter defensivo y nunca ofensivo, y la prueba o el test no es la tolerancia con las personas que comparten nuestro proyecto de vida, sino con las personas que disienten con nuestro proyecto de vida.
Este es el mayor peligro que hoy amenaza a la civilización: la estatificación de la vida, el intervencionismo del Estado, la absorción de toda espontaneidad social por el Estado; es decir, la anulación de la espontaneidad histórica, que en definitiva sostiene, nutre y empuja los destinos humanos.
El racismo es la forma más baja y groseramente primitiva de colectivismo. Es la idea de atribuir significado moral, social y político al linaje genético de una persona, la noción de que los rasgos intelectuales y de carácter de un hombre son producidos y transmitidos por la química interna de su cuerpo.
Obligar a un hombre a proporcionar contribuciones de dinero para la propagación de opiniones que no cree y aborrece, es pecaminoso y tiránico.
¿Cuál es el mejor sistema para que el individuo se desarrolle? ¿Para que siga su razón y lógica? ¿Para que siga su egoismo? El Libre Mercado.
El humano es un indiviiduo que vive en una sociedad voluntariamente. El humano no es un animal colectivo.
Lo peor del colectivo no es que mienta al individuo sobres sus supuestas "virtudes", sino el hecho de que estas "virtudes" son tan creibles para engañar al Individuo.
El liberalismo es un sistema filosófico, económico y político que promueve las libertades civiles y se opone a cualquier forma de despotismo, apelando a los principios republicanos. Constituye la corriente en la que se fundamentan, tanto el estado de derecho, como la democracia representativa y la división de poderes.