No hay nada como el amor de una mujer casada. Es una cosa de la que ningún marido tiene la menor idea.
En el arte, nada que merezca la pena se puede hacer sin genio; en ciencia, incluso una capacidad muy modesta puede contribuir a un logro supremo.
No hay nada repartido más equitativamente en el mundo que la razón: todo el mundo está convencido de tener suficiente.
Normalmente cuando las personas están tristes, no hacen nada. Se limitan a llorar. Pero cuando su tristeza se convierte en indignación, son capaces de hacer cambiar las cosas.
La voz interior me dice que siga combatiendo contra el mundo entero, aunque me encuentre solo. Me dice que no tema a este mundo sino que avance llevando en mí nada más que el temor a Dios.
Solo hay dos formas de vivir tu vida. Una es pensar que nada es un milagro. La otra es pensar que todo es un milagro.
Ese día, estábamos caminando como siempre, y luego, así como si nada, alguien paró la lluvia, y el sol salió.
Hasta que uno no se ha limpiado los zapatos con el vestido nuevo de la esposa, no sabe nada del amor... ni de la esposa.
Que los sindicatos convoquen huelga es como si yo te veo morir desangrado sin hacer nada y luego organizo tu funeral.
No es lo mismo tejidos y novedades en el piso de encima, que, te jodes y no ves nada y encima te piso.
Cuando te inunde una enorme alegría, no prometas nada a nadie. Cuando te domine un gran enojo, no contestes ninguna carta.
No tengo que hacer nada para que me quieran (el amor de la madre es incondicional). Todo lo que necesito es ser su hijo. El amor de la madre significa paz, no hace falta conseguirlo, ni merecerlo.
El amor está muy bien a su modo, pero la amistad es una cosa mucho más alta. Realmente no hay en el mundo nada más noble y raro que una amistad verdadera.
El amor, más que un poder elemental, parece un género literario. Porque el amor, más que un instinto, es una creación, y aun como creación nada primitiva en el hombre.
El mundo es un lugar peligroso para vivir; no por las personas que hacen el mal, sino por las personas que no hacen nada al respecto.
Hay dos maneras de vivir: se puede vivir como si nada fuera un milagro; se puede vivir como si todo fuera un milagro.
No sólo soy un pacifista, sino que soy un pacifista militante. Estoy dispuesto a luchar por la paz. Nada va a acabar con la guerra a menos que las mismas personas se nieguen a ir a la guerra.
No hay nada que destruya más el respeto por el gobierno y la ley del país que aprobar leyes que no pueden ser forzadas.
La afirmación de los derechos humanos (en contraposición a los derechos de los animales) no es propiamente una razón emotiva nada más; los individuos poseen derechos, no porque “sintamos” que deberían, sino debido a una investigación de la naturaleza del hombre y del universo.
La producción no tiene ningún sentido, excepto como un medio para el consumo. La inversión en bienes de capital no significa nada, a excepción de cuando es una necesaria estación intermedia en la ruta hacia más consumo.
La unión, el ser incorpóreo, compuesto de personas reales, no es nada sino una ficción. No tiene ninguna realidad. Es una ficción adoptada simplemente para conseguir librarse de las consecuencias de algunos actos. Un acto de legislación no puede transformar a veinte personas reales en un ser incorpóreo.
No hay nada más grande en el mundo que la libertad. Vale la pena pagar por ella, vale la pena ir a la cárcel por ella. Preferiría ser un pobre libre que un rico esclavo. Preferiría morir en pobreza abyecta con mis convicciones que vivir en riquezas excesivas con la falta de respeto por mí mismo.
La gente que crea cosas en nuestros días puede esperar ser perseguida por gente muy moralista incapaz de crear nada. No hay manera de medir el escalofriante efecto sobre la innovación que resulta de las amenazas impositivas, regulatorias y de la persecución contra cualquier cosa que tenga éxito. Nunca sabremos cuantas cosas ha abortado nuestro gobierno en nombre de nuestra protección.
Antes de nada sé verídico para ti mismo. Y así, tan cierto como la noche sigue al día, hallarás que no puedes mentir a nadie.
Creo que 96 millones es una cifra justa. Si el Manchester y el Real Madrid acordaron esa cantidad, entonces no hay nada más que hablar. Los grandes futbolistas cuestan mucho dinero y si los quieres, tienes que pagar.