El que la Biblia no tenga ni huella de humor es uno de los hechos más extraordinarios de la literatura.
Nunca leo novelas ni ensayos, sino biografías. Para mí, es más importante la vida de un hombre que sus sueños de papel.
Las matemáticas pueden ser definidas como aquel tema del cual no sabemos nunca lo que decimos ni si lo que decimos es verdadero.
La ciencia, a pesar de sus progresos increíbles, no puede ni podrá nunca explicarlo todo. Cada vez ganará nuevas zonas a lo que hoy parece inexplicable. Pero las rayas fronterizas del saber, por muy lejos que se eleven, tendrán siempre delante un infinito mundo de misterio.
No anticipéis las tribulaciones ni temáis lo que seguramente no os puede suceder. Vivid siempre en un ambiente de optimismo.
Hoy todo el mundo parece idéntico porque nadie tiene tiempo para diferenciarse, ni siquiera tiene tiempo para comprar.
Mala cosa es tener un lobo cogido por las orejas, pues no sabes cómo soltarlo ni cómo continuar aguantándolo.
La sátira es el arma más eficaz contra el poder: el poder no soporta el humor, ni siquiera los gobernantes que se llaman democráticos, porque la risa libera al hombre de sus miedos.
Si éste fuera un mundo perfecto no escribiríamos novelas ni haríamos películas. Lo viviríamos, a través del amor de los demás.
Es una enorme desgracia no tener talento para hablar bien, ni la sabiduría necesaria para cerrar la boca.
La sabiduría no es otra cosa que la medida del espíritu, es decir, la que nivela al espíritu para que no se extralimite ni se estreche.
No tengo fe en la perfección humana. El hombre es ahora más activo, no más feliz, ni más inteligente, de lo que lo fuera hace 6000 años.
Realmente, no sé si con justicia o no, a mí no me admira el ingenio, porque se ve que hay muchos hombres ingeniosos en el mundo. Tampoco me asombra que haya gente con memoria, por grande y portentosa que sea, ni que haya calculadores; lo que más me asombra es la bondad, y esto lo digo sin el menor asomo de hipocresía.
Un hombre sin virtud no puede morar mucho tiempo en la adversidad, ni tampoco en la felicidad; pero el hombre virtuoso descansa en la virtud, y el hombre sabio la ambiciona.
Las cosas más bellas y mejores en el mundo, no pueden verse ni tocarse pero se sienten en el corazón.
Contra los valores afectivos no valen razones, porque las razones no son nada más que razones, es decir, ni siquiera verdad.
No desesperes, ni siquiera por el hecho de que no desesperas. Cuando todo parece terminado, surgen nuevas fuerzas. Esto significa que vives.
No hay ventura ni desgracia en el mundo, sino la comparación de un estado con otro, he ahí todo. Sólo el que ha experimentado el colmo del infortunio puede sentir la felicidad suprema. Es preciso haber querido morir, amigo mío, para saber cuán buena y hermosa es la vida.
Cuando uno se halla habituado a una dulce monotonía, ya nunca, ni por una sola vez, apetece ningún género de distracciones, con el fin de no llegar a descubrir que se aburre todos los días.
No hay pecado tan grande, ni vicio tan apoderado que con el arrepentimiento no se borre o quite del todo.
Gracias le doy a la Virgen, ,gracias le doy al Señor, ,porque entre tanto rigor ,y habiendo perdido tanto, ,no perdí mi amor al canto ,ni mi voz como cantor.