Yo creo que dos personas están conectadas en el corazón, y no importa lo que haces, o quién eres o dónde vives; no hay límites ni barreras si dos personas están destinadas a estar juntas.
El axioma básico de la teoría política libertaria postula que cada hombre es dueño de sí mismo, en posesión de soberanía absoluta sobre su propio cuerpo. En efecto, esto significa que nadie puede invadir o agredir justamente el cuerpo de otra persona. Se sigue entonces que cada persona posee justamente cualquier recurso, previamente sin dueño, de la que esta se apropie o que “mezcle con su trabajo”. A partir de estos axiomas gemelos –Propiedad sobre sí mismo y la apropiación originaria– se construye la justificación para el sistema entero de títulos de propiedad en una sociedad de libre mercado. Este sistema establece el derecho de cada persona a su propia persona, el derecho a donar, dar en herencia (y consecuentemente el derecho a heredar) y el derecho al intercambio contractual de títulos de propiedad.
¿Cómo es posible que un ser humano haya alguna vez podido concebir que un objeto tan evidentemente superfluo, falso, absurdo y abominable como la legislación debiera ser o pudiera ser de algún provecho para el género humano, o tener un lugar que ocupar en los asuntos humanos?
No solo sabremos resistir cualquier agresión sino que sabremos vencer a cualquier agresión y nuevamente no tendríamos otra disyuntiva que aquella con que iniciamos la lucha revolucionaria, la de la libertad o la muerte, solo que ahora libertad quiere decir patria y la disyuntiva nuestra sería patria o muerte.
Sin embargo, la innovación viene de la gente al reunirse en los pasillos o llamando unos a otros, a las 10:30 de la noche con una nueva idea, o porque se dieron cuenta de algo que cambia radicalmente en la forma en que hemos estado pensando en un problema.
No se trata de las herramientas en que tienes fe -las herramientas son sólo herramientas. Ellas funcionan, o no funcionan. Es en la gente que tienes que tener fe o no. Sí, claro, sigo siendo optimista, quiero decir, me pongo pesimista, a veces, pero no por mucho tiempo.
No conforme con el credo liberal de igualdad de derechos, de igualdad ante la ley, el Estado socialista pisotearía esa igualdad en nombre de monstruosos y quiméricos objetivos de igualdad o uniformidad de resultados —o más bien, erigiría una nueva elite privilegiada, una nueva clase, con el objetivo de hacer realidad esa igualdad imposible.
En un Estado totalitario la situación es, permanentemente y en todos los campos, la misma que en los demás países domina algunos ámbitos en tiempos de guerra. Se ocultará a la gente todo lo que pueda provocar dudas acerca de la competencia del Gobierno o crear descontento. Las bases de comparación desfavorable con las condiciones de otro lugar; el conocimiento de las posibles alternativas frente a la dirección efectivamente tomada; la información que pueda sugerir el fracaso del Gobierno en el cumplimiento de sus promesas o en aprovechar las oportunidades de mejorar la situación, todo se suprimirá. Por consecuencia, no habrá campo donde no se practique una intervención sistemática de la opinión y no se fuerce a una uniformidad de criterios.
Si los hombres fueran como hormigas, no habría interés por la libertad humana. Si los hombres individuales, como hormigas, fueran uniformes, intercambiables, privados de sin rasgos propios de personalidad, ¿a quién le importaría si son libres o no? De hecho, ¿importaría a alguien si están vivos o muertos?
Dale vueltas al comunismo, en todos sentidos, y llegarás al punto que, de grado o por fuerza, el individuo deberá sacrificase a la colectividad o a la democracia comunista. Mientras una sociedad no me permita comer, vestir, morar, difundir mis ideas a mi manera y sin control alguno -a condición de que no domine ni explote a nadie- consideraré su fundamento como autoritario.
Mi papel en la sociedad, o el de cualquier artista o el papel del poeta, es intentar expresar lo que sentimos todos. No decirle a la gente cómo se tiene que sentir. No como un predicador, no como un líder, sino como un reflejo de todos nosotros.
No te preocupes de lo que está bien o mal o quién es mejor que quién. No estés a favor ni en contra.
La guerra es de vital importancia para el Estado; es el dominio de la vida o de la muerte, el camino hacia la supervivencia o la pérdida del Imperio: es forzoso manejarla bien.
La gente todavía piensa en mí como un dibujante, pero la única cosa que me hace levantar un lápiz o bolígrafo en estos días es firmar un contrato, un cheque, o un autógrafo.
Mientras yo mantengo mi sentimiento y mi pasión por la Naturaleza, que en parte puede suavizar o someter a mis otras pasiones y resistir o soportar las de los demás.
Yo nunca, por cualquier palabra o acto, me inclinaré ante el altar de la intolerancia o admitiré el derecho de investigación sobre las opiniones religiosas de los demás.
Si los Estados Unidos de América o el Reino Unido tuvieran elecciones, no pedirían observadores de África o de Asia. Pero cuando tenemos elecciones, quieren observadores.
El comunismo nunca ha llegado al poder en un país que no fuese interrumpido por la guerra o la corrupción, o ambas cosas.
Odio estar en una esquina. No me gusta que me pongan como sólo como un guitarrista, o bien sólo como un compositor, o sólo como un bailarín de claqué. Me gusta moverme.
Cuando necesito a mi esposa o cuando necesito compañía o alguien con quien hablar, la necesito, en ese momento. Así que mi esposa va a tener que renunciar a todo lo que está haciendo en ese momento para atender a mis necesidades. Y, de la misma manera, yo haría lo mismo. Eso no es una cosa fácil de hacer.
Estoy mucho más interesado en lo que un actor tiene que decir acerca de algo sustancial e importante que sobre lo que le está saliendo o qué tipo de ropa está usando o alguna otra estupidez de aspecto insignificante de su vida.
Este es mi consejo a todos los homosexuales, ya estén en los Boy Scouts, o en el ejército o en la escuela: Cállate, no digas a nadie lo que hagas, tu vida será mucho más fácil.
En aquellas asociaciones que forman promiscuamente los hombres con el fin de comerciar o cualquier otra cosa, en que el gobierno está fuera de lugar y en que actúan simplemente sobre los principios de la sociedad, vemos cuán naturalmente se unen las distintas partes y esto demuestra, por comparación, que los gobiernos, lejos de de ser siempre la causa o medio del orden, son a menudo la destrucción de éste.
Si usted es padre o madre, sea un padre o una madre. ¿Sabes lo que quiero decir? Soy un padre. Tengo hijas.
La seguridad es principalmente una superstición. No existe en la naturaleza, ni en los hijos de los hombres como una experiencia. Evitar peligros no es más seguro a largo plazo que exponerse a ellos. La vida o es una aventura atrevida o no es nada.
Ningún pesimista nunca ha descubierto el secreto de las estrellas, o navegado hacia una tierra inexplorada, o abrir una nueva puerta del espíritu humano.
Y creo que, por supuesto, hay una cierta disfunción en la necesidad de ser querido o tenido en cuenta o de sentirse parte de las cosas, algo que pasa para la mayoría de los actores. Para algunos no pasa eso y creo que realmente luchan por ello.
A día de hoy, soy la persona menos materialista que conozco, porque mi padre no me educó en salir y comprarme el coche que quería o esto o aquello. ¡La única razón por la que quería hacer dinero como actor fue porque soy un apasionado de la comida!
Los estudios son cosa del pasado para mí. Prefiero jugar en un garaje, en un camión, o en una sala de ensayos, un club, o un sótano.
Pocas personas piensan más de dos o tres veces al año, he hecho una reputación internacional por mí mismo para pensar una o dos veces a la semana.
Hasta el inicio del siglo XX, era difícil encontrar un importante pensador político que no se refiriera con desprecio a la democracia. La palabra clave utilizada para describir la democracia era “multitud desorganizada” o “ley de la calle”, o incluso “gobierno de la mafia”.
El modelo de bienestar occidental, también llamado “socialismo light” (o socialdemocracia), se derrumbará como ocurrió con el socialismo “clásico” -por supuesto que no puedo decir exactamente cuándo va a suceder, si en cinco, diez o quince años.
El liberalismo no conoce ni el sometimiento, ni la anexión; ya que el liberalismo es indiferente al propio Estado, el problema del tamaño del Estado es también indiferente. El liberalismo no obliga a nadie a permanecer en contra de su voluntad dentro de la estructura estatal. El que quiera emigrar o vivir en una legislación específica no debe ser obligado. Cuando una porción de la población quiere dejar de pertenecer a una unidad, el liberalismo no le impedirá consumar tal fin. Colonias, ciudades o distritos que quieran ser independientes son libres de hacerlo. Una nación es una entidad orgánica y, como tal, no puede ser aumentada ni reducida por cambios en la formación de sus estados; el mundo en su conjunto no se ve afectado por esta nueva disposición.
El derecho a la autodeterminación, con respecto a la cuestión de la pertenencia a un Estado, se entiende, por lo tanto, cuando los habitantes de un territorio determinado (ya sea un solo pueblo, un barrio entero, o una serie de distritos adyacentes) hacen saber, mediante un plebiscito libremente llevado a cabo, que ya no desean permanecer conectados con el Estado al que pertenecen, sino que desean formar un estado independiente o formar parte de algún otro estado, sus deseos deben ser respetados y aplicados. Este es el único medio posible y eficaz para la prevención de revoluciones y guerras civiles e internacionales.
¿Y qué es la libertad, cuyo nombre hace que el corazón lata más rápido y haga temblar el mundo? ¿No es la unión de todas las libertades -la libertad de conciencia, de educación, de asociación, de prensa, de viaje o de trabajo, o el comercio?
La verdad es que no tengo un gol favorito. Recuerdo importantes goles más que goles favoritos, como tantos en la Liga de Campeones, donde tuve la oportunidad de haber marcado en las dos finales que he jugado. Finales de la Copa del Mundo o Copa del Rey son los que se han quedado conmigo por más tiempo o más que yo recuerde.
Yo tenía nueve o diez años cuando mi padre fue despedido el día de Navidad. Él era un entrenador, los resultados no habían sido buenos, perdió un partido el 22 o el 23 de diciembre. El día de Navidad, el teléfono sonó y él fue despedido en medio de nuestro almuerzo.
Sitúate enfrente de las tres posturas -el centro se encuentra entre (no frente a) la derecha y la izquierda, y tiene, por ello, algo de la una y de la otra- o, mejor aún, pasa de largo, haz como si no existieran, regresa mental, cultural, espiritual y sentimentalmente a la Edad de Oro, que terminó o, mejor dicho, fue terminándose paso a paso, golpe a golpe, con el nacimiento del monoteísmo, con la caída de Pablo, con la batalla del Puente Milvio, con la destrucción de Eleusis, con el estallido de las tres grandes revoluciones (la francesa, la industrial y la bolchevique), con la derrota del Sur en la guerra de Secesión de Estados Unidos y con la llegada del comodoro Perry al puerto japonés de Urawa. Ésas son las nueve mayores catástrofes de la historia universal. Sólo falta la décima, que seguramente está al caer.
Yo no creo en un Dios creacionista y separado del mundo. Jesús de Galilea, o Jesús o Jesucristo fue un predicador más y sanador, como los muchos que había en aquella época y en todas las épocas. Su vida no tuvo mayor importancia. Creo que fue un iniciado en los cultos dionisíacos y su mensaje es idéntico al que esos cultos transmiten.
Nos vemos convertidos en teólogos de Bizancio, que mientras los turcos trepan por las murallas de Constantinopla están discutiendo sobre el sexo de los ángeles. Todas estas cosas de las que estáis hablando: Solbes, las hipotecas basura, las inyecciones de crédito, si llegan o si no llegan, son cosas absolutamente inanes que no sirven para nada, porque no estamos en una situación de crisis, ni de recesión ni de depresión siquiera, estamos ante el colosal hundimiento de todo un sistema político, cultural, económico, social, espiritual y filosófico, y entonces no vamos a la raíz del problema. Yo creo que la raíz del problema es en primer lugar de índole zoológica. Sencillamente en el planeta Tierra no caben 6.000 millones de egos consumiendo, devorando, trabajando, es decir: no hay comida, no hay trabajo para 6.000 millones de personas. Hay una ley zoológica inflexible que dice que cuando una especie animal se reproduce por encima de lo que su hábitat consiente, esa especie se extingue. Y el ser humano esta en un proceso de extinción. Es un problema filosófico: es la economía de consumo. Es como la bóveda de Barceló lo que se esta cayendo sobre nuestras cabezas, es una economía basada en el consumo, en el consumo, en el consumo, y en la inyección de créditos, es decir: montada absolutamente sobre el vacío. Nos piden que demos más dinero a esos mismos bancos que nos han engañado, que han sido en el mejor de los casos incompetentes, y en peor de los casos estafadores, que nos han estafado, que nos han arrebatado nuestro propio dinero, nos piden que de nuestro bolsillo, (porque el dinero publico sale de nuestro propio bolsillo), a esas personas para que sigan montando y montando bóvedas de Barceló hasta el infinito... Bueno, eso se va a caer, antes o después se va a caer sobre nuestras cabezas, entonces todas estas cosas de las que habláis, no afectan a las causas primeras, solamente a las consecuencias de esas causas remotas.
Cuando haces un drama, te pasas el día golpeando a un hombre hasta la muerte con un martillo, o lo que sea. O bien, tienes que interpretar a otra persona. Por otro lado, con una comedia, gritas a Billy Crystal durante una hora, y te vas a casa.