Usted escribe para convertirse en inmortal, o porque el piano pasa a ser abierta, o usted ha mirado en un par de hermosos ojos.
Rabia de un gato es hermoso, la quema con la llama gato puro, todo su cabello de pie y crepitante azul chispas, ojos ardiendo y escupiendo.
Sus ojos azules eran todavía hermoso, pero que no sabían lo que estaba delante de ellos, y la propia María no podía mirar a través de ellos de nuevo para decirle a Laura que estaba pensando, sin decir una palabra.
Cuando nació mi primera hija, mi marido la tenía en sus manos y dijo: «¡Dios mío, es tan hermoso.' Desenvolví al bebé de las mantas. Ella era de tamaño medio, con dedos largos y delgados y un surtido aleatorio de los dedos del pie. Sus ojos se encuentran muy juntos, y ella tenía la nariz aguileña de su padre. Se veía mejor en él.
Cuando una mujer no es hermosa, la gente siempre dice, 'Tienes unos ojos preciosos, tiene un pelo precioso.
En resumen, no podemos crecer, no podemos lograr el descubrimiento auténtico, y nuestros ojos no pueden ser limpiados a las verdaderamente hermosas posibilidades de la vida, si nos limitamos a vivir una existencia neutral.
Recuerdo lo hermoso del Merrimac miró a mí en la infancia, el primer río cierto que he conocido, que se abrió ante mis ojos y se abría paso a través de mi corazón como un sueño hecho realidad, sus campanillas, sus rocas y sus rápidos, son mucho más fijado en mi memoria que nada sobre el mar.
Para mí no hay una imagen tan hermosa como sonrientes, felices, niños de ojos brillantes, no hay música tan dulce como su risa clara y sonar.
Una persona nace con los deseos de los ojos y los oídos, y un gusto por hermosas vistas y sonidos. Si se da paso a ellos, se lo lleva a la inmoralidad y la falta de restricción y cualquier principio ritual y el decoro serán abandonados.
Al palpar la cercanía de la muerte, vuelves los ojos a tu interior y no encuentras más que banalidad, porque los vivos, comparados con los muertos, resultamos insoportablemente banales.
Todos los artistas tienen en común la experiencia de la distancia insondable que existe entre la obra de sus manos, por lograda que sea, y la perfección fulgurante de la belleza percibida en el fervor del momento creativo: lo que logran expresar en lo que pintan, esculpen o crean es sólo un tenue reflejo del esplendor que durante unos instantes ha brillado ante los ojos de su espíritu.
En general, los hombres juzgan más por los ojos que por la inteligencia, pues todos pueden ver, pero pocos comprenden lo que ven.
El que no posee el don de maravillarse ni de entusiasmarse más le valdría estar muerto, porque sus ojos están cerrados.
El hombre arruinado lee su condición en los ojos de los demás con tanta rapidez que él mismo siente su caída.
Como el miedo es el mayor suplicio de los tiranos, el crimen más irremisible a sus ojos, es hacerles sentir miedo.
Así como los ojos están formados para la astronomía, los oídos lo están para percibir los movimientos de la armonía.
Viven más contentos aquellos en quienes jamás puso los ojos la fortuna, que los otros de quienes los apartó.
Es una especie de obediencia muy agradable a los ojos de Dios no desear dispensas sin mucha necesidad.