Nuestros pensamientos tienen un orden, no de sí mismos, sino porque la mente genera las relaciones espacio-temporales que intervienen en cada experiencia.
Una manera de organizar tus pensamientos es para poner en orden, aunque sea en lugares donde no tiene sentido en absoluto.
Buen gusto genuino consiste en decir mucho con pocas palabras, en la elección entre nuestros pensamientos, en que orden y disposición en lo que decimos, y al hablar con calma.
Memoria depende en gran medida de la claridad, la regularidad y el orden de nuestros pensamientos. Muchos se quejan de la falta de memoria, cuando el defecto está en el juicio, y otros, por aferrarse a todo, conservan nada.
Para una cena, que como la luz todo el día para ahorrar espacio, y luego voy todo en: Elijo esta comida y esta orden, y yo elijo a ti, la persona frente a mí, para compartirlo. Hay una hermosa intimidad en una comida así.
Cuando entro en ese espacio de orden superior que se necesita para escribir, soy un ser humano mejor. Por lo que mi escritura es, dondequiera que está clasificado, que sin duda es el único lugar que puedo llegar a ser hermoso.
El cine nunca es arte. Es un trabajo de artesanía, de primer orden a veces, de segundo o tercero lo más.
La matemática es la ciencia del orden y la medida, de bellas cadenas de razonamientos, todos sencillos y fáciles.
Los hombres se distinguen menos por sus cualidades naturales que por la cultura que ellos mismos se proporcionan. Los únicos que no cambian son los sabios de primer orden y los completamente idiotas.
El legislador no debe proponerse la felicidad de cierto orden de cuidadanos con exclusión de los demás, sino la felicidad de todos.
Es el porvenir quien debe imperar sobre el pretérito, y de él recibimos la orden para nuestra conducta frente a cuanto fue.
En el orden de las vicisitudes humanas no es siempre la mayoría de la masa física la que decide, sino que es la superioridad de la fuerza moral la que inclina hacia sí la balanza política.
El movimiento no existe fuera de las cosas, pues todo lo que cambia, o cambia en el orden de la sustancia o en la cantidad, o en la calidad, o en el lugar.
La paz en la tierra, suprema aspiración de toda la humanidad a través de la historia, es indudable que no puede establecerse ni consolidarse si no se respeta fielmente el orden establecido por Dios.