Prejuzgar las ideas de otros hombres antes de que hayamos mirado en ellos no es mostrar su oscuridad sino poner nuestros propios ojos.
El temor al mal es un principio mucho más poderoso en las acciones humanas que la perspectiva del bien.
Nuestros actos nos disimulan. La gente necesita un tiempo interminable para crear sus obras, hasta que cada uno descubre las obras adecuadas para él. Sin embargo, cada día, cada hora, se precipita. No hay tiempo.
Tendríamos pocas disputas en el mundo si las palabras fueran tomadas como lo que son, solamente signos de nuestras ideas, y no por quién las dice.
La mejora de la comprensión sirve para dos fines: en primer lugar, nuestro propio aumento de los conocimientos, en segundo lugar, para que podamos entregar ese conocimiento a otros.
Para llegar a ser verdaderamente grande, uno tiene que estar con la gente, y no por encima de ellos.
La razón por la que los romanos construyeron grandes carreteras pavimentadas era porque tenían ese incómodo calzado.
La sublimidad de la administración consiste en conocer el grado apropiado de las funciones que debe ejercer en diferentes ocasiones.
No hay nación tan poderosa como la que obedece sus leyes no desde el miedo o los principios de la razón, sino por la pasión.
La seguridad es principalmente una superstición. No existe en la naturaleza, ni en los hijos de los hombres como una experiencia. Evitar peligros no es más seguro a largo plazo que exponerse a ellos. La vida o es una aventura atrevida o no es nada.
Yo soy sólo uno, pero sigo siendo uno. No puedo hacerlo todo, pero aún puedo hacer algo; y porque no puedo hacerlo todo, no me negaré jamás a hacer algo que yo pueda hacer.
La muerte no es más que pasar de una habitación a otra. Pero hay una diferencia para mí, ya sabes. Porque en ese otro cuarto seré capaz de ver.
Todo tiene sus maravillas, incluso la oscuridad y el silencio, y yo aprendo, cualquiera que sea mi situación actual, a estar contento.
Mientras el recuerdo de algunos amigos queridos vivan en mi corazón, voy a decir que la vida es buena.
Al igual que el egoísmo y la queja pervierten la mente, el amor con su alegría esclarece y agudiza la visión.
Muchas personas tienen una idea equivocada de lo que constituye la verdadera felicidad. No se alcanza a través de la auto-gratificación, sino a través de la fidelidad a un propósito digno.
Hasta que la gran masa del pueblo no se llene con el sentido de responsabilidad por el bienestar del otro, la justicia social no se podrá alcanzar.
La tolerancia es el mayor don de la mente; requiere el mismo esfuerzo del cerebro que se necesita para equilibrarse en una bicicleta.
A menos que formemos el hábito de acudir a la Biblia en los momentos brillantes, así como en los problemáticos, no podremos responder plenamente a la consolación, porque nos faltará el equilibrio entre la luz y la oscuridad.
Para mí, una exuberante alfombra de hojas de pino o una esponjosa hierba son más bienvenidas que la alfombra persa más lujoso.
La gente no quiere pensar. Si se piensa, hay que llegar a conclusiones. Las conclusiones no son siempre agradables.
No importa cuán aburrido, amable, o sabio sea un hombre, él siente que la felicidad está en su indiscutible derecho.
La misma existencia de lanzallamas demuestra que en algún momento, en algún lugar, alguien se dijo a sí mismo, ya sabes, quiero quemar a esa gente de allí, pero no estoy lo suficientemente cerca para hacerlo.