A dos hombres venero yo en este mundo: al labrador sufrido de mano callosa y nervuda, en la que permanecerá para siempre una real e indeleble majestad, puesto que en ella está el cetro de este mundo. Y a aquel que trabaja por las imprescindibles necesidades del espíritu; no por el pan cotidiano, sino por el pan de la verdadera vida.
En algunas ocasiones no es nada más que una puerta muy delgada lo que separa a los niños de lo que nosotros llamamos mundo real, y un poco de viento pude abrirla.
Un instante de lucidez, sólo uno; y las redes de lo real vulgar se habrán roto para que podamos ver lo que somos: ilusiones de nuestro propio pensamiento.
Para reducir lo infinito a lo finito, lo inasequible a lo humanamente real, no hay más que un camino: la concentración.
A veces tengo problemas, porque mi trabajo es la antítesis de lo que el surf significa. El Surf es sencillo. Es real.
Hay una cosa curiosa en Hollywood. La gente no siempre quiere lo real. La gente siempre quiere un poco más. Así que para mí, es un compromiso. Aquí tienes, la hiperrealidad de Hollywood.