Soy un fan de diseñadores y ropa que lucen hermosos, pero lo más importante, me hacen sentir bellas y seguras. Es por eso que siempre me ha gustado Stella McCartney, y, más recientemente, Prabal Gurung. Sus piezas son frescas, no pasa de moda, y los ataques son fácilmente halagador.
Pero como un adulto que trabaja en la industria de la moda, lucho con el materialismo. Y yo soy una de las personas menos materialistas que existen, ya que las posesiones materiales no significan mucho para mí. Son preciosas, me gusta, ellos pueden mejorar su vida, hasta cierto punto, pero al final no son importantes.
Uno no puede recoger todas las hermosas conchas en la playa. Uno puede obtener sólo unos pocos, y son más hermoso si son pocos.
Mis regalos go-a son las bufandas de la organización sin fines de lucro mi amigo Matin de Maulawizada, manos afganas, que apoya a las mujeres marginados en Afganistán. A cambio de sus hermosos bordados, las mujeres reciben ayuda financiera y las clases de matemáticas y alfabetización. Las bufandas son impresionantes y uno de una especie.
Los tatuajes son como historias - que son simbólicos de los momentos importantes de su vida. Sentarse, hablar acerca de dónde obtuviste cada tatuaje y lo que simboliza, es realmente hermoso.
Las palabras son hermosas pero restringido. Son muy masculino, con una estructura compacta. Pero la voz es más de la oscuridad, el lugar donde no hay nada que esperar: se trata de una parte de ti que simplemente sabe, se expresa, y lo es.
Todos esos clichés, esas cosas que oyes acerca de tener un bebé y la maternidad - todos ellos son verdaderos. Y todos ellos son las cosas más hermosas que jamás experimentará.
Las proposiciones matemáticas, en cuanto tienen que ver con la realidad, no son ciertas; y en cuanto que son ciertas, no tienen nada que ver con la realidad.
Cuando las leyes de la matemática se refieren a la realidad, no son ciertas; cuando son ciertas, no se refieren a la realidad.
Los seres humanos, que son casi únicos en su habilidad para aprender de la experiencia de otros, son también notables por su aparente aversión a hacerlo.
No nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles, pero son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas.
A Picasso, hasta los que le detestan, le soportan, porque nunca usa el talento. Sólo usa el genio. Sus obras nunca son pensamientos. Son actos.
La inteligencia conoce todas las cosas y ordenó todas las cosas que van a ser y las que fueron y las que son ahora y las que no son.
Si nos bastase ser felices, la cosa sería facilísima; pero nosotros queremos ser más felices que los demás, y esto es casi siempre imposible, porque creemos que los demás son bastante más felices de lo que son en realidad.
¿Por qué aguardas con impaciencia las cosas? Si son inútiles para tu vida, inútil es también aguardarlas. Si son necesarias, ellas vendrán y vendrán a tiempo.
Las cadenas del hábito son generalmente demasiado débiles para que las sintamos, hasta que son demasiado fuertes para que podamos romperlas.
Las leyes son inútiles para los buenos, porque los hombres de bien no las necesitan; y también para los malos, porque éstos no son mejores con ellas.
Las leyes son semejantes a las telas de araña; detienen a lo débil y ligero y son deshechas por lo fuerte y poderoso.
Para los historiadores, los príncipes y los generales son genios; para los soldados siempre son unos cobardes.
Los funcionarios son como los libros de una biblioteca: los situados en los lugares más altos son los más inútiles.
Las leyes no son crueles ni suaves; son inmutables, y, como tales, previsibles, cuadros fijos en cuyo interior incumbe al hombre diseñar lo mejor que sepa su destino.
Las costumbres, Andrée, son formas concretas del ritmo, son la cuota del ritmo que nos ayuda a vivir.
Las modas son legítimas en las cosas menores, como el vestido. En el pensamiento y en el arte son abominables.
La gente que escribe libros, rara vez son intelectuales. Los intelectuales son gente que hablan sobre los libros que han escrito otros.
El que me coacciona pretende hacerlo porque sus razones son fuertes; pero realmente lo hace porque son débiles.
Las vidas de los ricos son en el fondo tan aburridas y monótonas, sencillamente porque ellos pueden escoger lo que ha de sucederles. Están aburridos porque son omnipotentes... La cosa que mantiene la vida romántica y llena de ardientes posibilidades es la existencia de esas grandes limitaciones vulgares que nos obligan a todos a enfrentarnos a las cosas que no nos gustan o que no esperamos.
Los sufrimientos son como nubes pasajeras: que de lejos nos parecen negras y de cerca apenas son grises.
No somos disparados a la existencia como una bala de fusil cuya trayectoria está absolutamente determinada. Es falso decir que lo que nos determina son las circunstancias. Al contrario, las circunstancias son el dilema ante el cual tenemos que decidirnos. Pero el que decide es nuestro carácter.
Algunas personas son tan falsas que ya no son conscientes de que piensan justamente lo contrario de lo que dicen.