Cuando una mujer no es hermosa, la gente siempre dice, 'Tienes unos ojos preciosos, tiene un pelo precioso.
Soy una chica de la joyería. Me hice con amigos con el diseñador Irene Neuwirth hace unos años. En ese momento, me solía usar mis anillos de boda. Muy discreto. Ahora, si yo pudiera, pueden cubrir desde la cabeza a los pies con sus joyas todo el tiempo. Todo lo que ella hace es hermoso.
He estado en unos hermosos paisajes, donde uno se siente tentado de látigo de una cámara y tomar una foto. He aprendido a resistir eso.
Uno no puede recoger todas las hermosas conchas en la playa. Uno puede obtener sólo unos pocos, y son más hermoso si son pocos.
Hay millones de artistas que crean; sólo unos cuantos miles son aceptados o, siquiera, discutidos por el espectador; y de ellos, muchos menos todavía llegan a ser consagrados por la posteridad.
Todos los artistas tienen en común la experiencia de la distancia insondable que existe entre la obra de sus manos, por lograda que sea, y la perfección fulgurante de la belleza percibida en el fervor del momento creativo: lo que logran expresar en lo que pintan, esculpen o crean es sólo un tenue reflejo del esplendor que durante unos instantes ha brillado ante los ojos de su espíritu.
Con el poder mantenemos una relación ambigua: sabemos que si no existiera autoridad nos comeríamos unos a otros, pero nos gusta pensar que, si no existieran los gobiernos, los hombres se abrazarían.
Para los historiadores, los príncipes y los generales son genios; para los soldados siempre son unos cobardes.
La naturaleza hace que los hombres nos parezcamos unos a otros y nos juntemos; la educación hace que seamos diferentes y que nos alejemos.
La política es el arte de obtener el dinero de los ricos y el voto de los pobres con el pretexto de proteger a los unos de los otros.
La religión sirve para ayudarnos y consolarnos ante unos problemas que no tendríamos si no existiese la religión.
Los jóvenes hoy en día son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su comida, y le faltan al respeto a sus maestros.
Podemos observar en la república de los perros que todo el Estado disfruta de la paz más absoluta después de una comida abundante, y que surgen entre ellos contiendas civiles tan pronto como un hueso grande viene a caer en poder de algún perro principal, el cual lo reparte con unos pocos, estableciendo una oligarquía, o lo conserva para sí, estableciendo una tiranía.
Definitivamente yo estaba unos pasos por delante de mis amigos. Yo besaba a las niñas antes de que alguien lo hiciera.