Frases de veces

Muchas veces no son las cosas lo que parecen.

Paga en tres veces, tarde, mal y nunca.

Unas veces riendo y otras llorando, vamos pasando.

Injuriada pa paciencia, a veces en ira quiebra.

Una vez un papel rompí y cien veces me arrepentí.

Irse bestia y volver más, muchas veces lo verás.

Ser bueno, a veces no es tan bueno.

El hombre muere tantas veces como pierde a cada uno de los suyos.

La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente.

Los hombres son siempre niños, aun cuando a veces asombren por su crueldad. Siempre necesitan educación, tutela y amor.

Cada uno es como Dios le hizo, y aún peor muchas veces.

A veces hay que estropear un poquito el cuadro para poder terminarlo.

Cuando era joven leía casi siempre para aprender; hoy, a veces, leo para olvidar.

A veces, el arte está en los críticos. Estos inventan el arte.

La fotografía es verdad. Y el cine es una verdad 24 veces por segundo.

Yo en todos los libros acostumbro a leer el prefacio, porque a veces suele ser lo mejor de la obra.

El cine nunca es arte. Es un trabajo de artesanía, de primer orden a veces, de segundo o tercero lo más.

Poca ciencia aleja muchas veces de Dios, y mucha ciencia conduce siempre a él.

Cuando un médico va detrás del féretro de su paciente, a veces la causa sigue al efecto.

Su experiencia, como tantas veces sucede, le hizo desconocer la verdad.

Mira dos veces para ver lo justo. No mires más que una vez para ver lo bello.

Algunas veces hay que decidirse entre una cosa a la que se está acostumbrado y otra que nos gustaría conocer.

Si abordas una situación como asunto de vida o muerte, morirás muchas veces.

El aspecto exterior pregona muchas veces la condición interior del hombre.

Hablar con mucha cortesía a veces conquista y otras empalaga.

Lo bueno, si breve, dos veces bueno.

Quien da primero, da dos veces.

Volved a emprender veinte veces vuestra obra, pulidla sin cesar y volvedla a pulir.

El modo de dar una vez en el clavo es dar cien veces en la herradura.

La caridad comienza por nosotros mismos, y la mayoría de las veces acaba donde empieza.

Saber y saberlo demostrar es valer dos veces.

Lo bello nos atrae, despreciamos lo útil; y lo bello muchas veces nos pierde.

Los cobardes agonizan muchas veces antes de morir... Los valientes ni se enteran de su muerte.

A veces un puro es solamente un puro.

La imaginación abre a veces unas alas grandes como el cielo en una cárcel grande como la mano.

Quien da pronto da dos veces.

No hay alma, por poco noble que sea, que permanezca tan aferrada a los objetos de los sentidos que, a veces, no se aparte de ellos para desear un bien mayor.

La belleza del cuerpo muchas veces es indicio de la hermosura del alma.

A veces la vida te pegará en la cabeza con un ladrillo. Pero no pierdas la fe.

Más veces descubrimos nuestra sabiduría con nuestros disparates que con nuestra ilustración.

A veces tenemos que perder las cosas para entender la importancia que tienen.

Dios ha puesto el placer tan cerca del dolor que muchas veces se llora de alegría.

La confianza ha de darnos la paz. No basta la buena fe, es preciso mostrarla, porque los hombres siempre ven y pocas veces piensan.

¡Qué cosa tan extraña es la felicidad! Nadie sabe por dónde ni cómo ni cuándo llega, y llega por caminos invisibles, a veces cuando ya no se le aguarda.

Cuando una puerta de felicidad se cierra, otra se abre, pero muchas veces miramos tanto tiempo la puerta cerrada que no vemos la que se ha abierto para nosotros.

La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual.

El verdadero dolor, el que nos hace sufrir profundamente, hace a veces serio y constante hasta al hombre irreflexivo; incluso los pobres de espíritu se vuelven más inteligentes después de un gran dolor.

La tristeza, aunque esté siempre justificada, muchas veces sólo es pereza. Nada necesita menos esfuerzo que estar triste.

La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días.

Virtud envidiada es dos veces virtud.