Creemos que la civilización ha sido creada bajo la presión de las exigencias de la vida a costa de la satisfacción de los instintos.
Oposición no es necesariamente enemistad; es simplemente que algo se hizo mal y es una ocasión para la enemistad.
Ahora que miro atrás, me doy cuenta de que una vida predicada en ser obediente es de hecho muy confortable. Vivir de esa manera reduce al mínimo la necesidad de que uno piense.
La vida real no se divide en semestres, no tendrá largas vacaciones de verano, de pascua, de navidad, del patrón del colegio, puentes, etc. Y pocos jefes se interesarán en ayudarte a que te encuentres a ti mismo. Todo eso tendrás que hacerlo en tu tiempo libre.
En la escuela puede haberse eliminado la diferencia entre ganadores y perdedores, pero en la vida real no. En la escuela te dan oportunidades para ir aprobando tus exámenes, para que tus tareas te resulten más fáciles y llevaderas. Esto no te ocurrirá en la vida real.
No ganarás 5.000 euros mensuales justo después de salir de la universidad, y no serás vicepresidente de nada hasta que, con tu esfuerzo, te hayas ganado ambos logros.
La televisión no es la vida diaria. En la vida cotidiana, la gente de verdad tiene que salir del café, de la película, para irse a trabajar.
Si piensas que tu profesor es duro, espera a tener un jefe. Ese sí que no tendrá vocación de enseñanza ni la paciencia requerida.
¿Cómo juzgar en un mundo donde se intenta sobrevivir a cualquier precio, a aquellas personas que deciden morir? Nadie puede juzgar. Sólo uno sabe la dimensión de su propio sufrimiento, o de la ausencia total de sentido de su vida.
La mejor forma de estar bien contigo mismo y con tu vida es que pases a ignorar a todos los que intentan quebrantar tu paz.
Auto-estima. El valor del auto-interés es que te estimas a ti mismo como un valor; que vives de acuerdo con tu naturaleza, lo que significa: por el criterio de tu propia mente, y respetas tu propia mente, respetas tu propia capacidad de hacer lo que está bien. Y por lo tanto estás respetando la posibilidad de ser una persona moral, virtuosa, y te consideras a ti mismo como un valor que vale la pena preservar.
Ser tolerante no significa que comparta la creencia de otro. Pero sí significa que reconozco el derecho del otro a creer, y obedecer, a su propia consciencia.
Lean todo lo que sus profesores les indican leer. Pero no lean solo eso. Lean más. Lean todo acerca de un tema, desde todos los puntos de vista, ya sean socialista-marxista, intervencionista o liberal. Lean con mente abierta. Aprendan a pensar. Solo cuando conozcan su campo desde todos los ángulos podrán decidir que es correcto y que es falso. Solo entonces estarán preparados a responder a todas las preguntas, inclusive las que les hagan sus opositores.
El divorcio se hizo, probablemente, en casi la misma fecha que el matrimonio. Creo, sin embargo, que el matrimonio es algunas semanas más antiguo.
Lo juro, por mi vida y mi amor por ella, que nunca voy a vivir por el bien de otro hombre, ni pedir a otro hombre que viva por mi bien.
Las contradicciones no existen. Cada vez que creas que te enfrentas a una contradicción, analiza tus premisas. Encontrarás que alguna de ellas está equivocado.
¿Qué es la vida? Una locura. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una historia. Y el mayor bien es bastante poco; porque toda la vida es sueño y los sueños, sueños son.
Sin embargo, ya se trate de un sueño o de la verdad, hacer el bien es lo que importa. Si es verdad, por amor a la verdad. Si no, entonces para ganar amigos para cuando despertemos.
Aprende del ayer, vive para hoy, ten esperanza por el mañana. Lo importante es no dejar de hacerse preguntas.
Hay dos maneras de vivir: se puede vivir como si nada fuera un milagro; se puede vivir como si todo fuera un milagro.
El mundo es un lugar peligroso para vivir; no por las personas que hacen el mal, sino por las personas que no hacen nada al respecto.
Leer, después de cierta edad, desvía demasiado la mente de sus actividades creativas. Cualquier hombre que lee mucho y usa su propio cerebro muy poco cae en hábitos perezosos de pensamiento.
Sólo aquel que se dedica a una causa con todas sus fuerzas y alma puede ser un verdadero maestro. Por esta razón el dominio exige todo de una persona.
El que ya no puede detenerse a maravillarse y permanecer absorto en el temor, es como si estuviera muerto; sus ojos están cerrados.
Un niño siempre puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivo, a estar siempre ocupado con algo y a saber exigir con todas sus fuerzas aquéllo que desea.
La vida es la fuerza o actividad interna sustancial, mediante la que obra el ser que la posee así como la unión del alma y del cuerpo. Es la conducta o método de vivir con relación a las acciones de los seres racionales. Científicamente, podría definirse como la capacidad de administrar los recursos internos de un ser físico de forma adaptada a los cambios producidos en su medio, sin que exista una correspondencia directa de causa y efecto entre el ser que administra los recursos y el cambio introducido en el medio por ese ser, sino una asíntota de aproximación al ideal establecido por dicho ser, ideal que nunca llega a su consecución completa por la dinámica del medio.