Frases Buenas

Todos llevamos nuestra posible perdición pegada a los talones.

El verdadero valor consiste en hacer uno sin testigos lo que sería capaz de hacer ante todo el mundo.

El pastor esquila las ovejas, no las devora.

Varón prevenido de cordura no será combatido de impertinencia.

La liberalidad es la primera hija del amor y la piedra imán más atractiva para los hierros de la voluntad.

Lo que no es útil para la colmena, no es útil para la abeja.

La belleza no hace feliz al que la posee, sino a quien puede amarla y adorarla.

Así como el ignorante está muerto antes de morir, el hombre de talento vive aun después de muerto.

Donde brillan muchas bellezas no han de ofender algunas manchas, de las que rara vez se escapa la naturaleza humana.

No me gusta la palabra tolerancia, pero no encuentro otra mejor. El amor empuja a tener, hacia la fe de los demás, el mismo respeto que se tiene por la propia.

Un hombre honrado no encontrará jamás una amiga mejor que su esposa.

Saber mucho no es lo mismo que ser inteligente. La inteligencia no es sólo información, sino también juicio, la manera en que se recoge y maneja la información.

Hace falta más valor para sufrir que para morir.

Ayudadme a comprender lo que os digo y os lo explicaré mejor.

Si haces bien para que te lo agradezcan, mercader eres, no bienhechor; codicioso, no caritativo.

El mayor placer que conozco es hacer sigilosamente una buena acción y dejar que se descubra por accidente.

El hombre puede creer en lo imposible, pero no creerá nunca en lo improbable.

Procurando lo mejor estropeamos a menudo lo que está bien.

Hoy todo el mundo parece idéntico porque nadie tiene tiempo para diferenciarse, ni siquiera tiene tiempo para comprar.

La conciencia hace que nos descubramos, que nos denunciemos o nos acusemos a nosotros mismos, y a falta de testigos declara contra nosotros.

Tú verás que los males de los hombres son fruto de su elección; y que la fuente del bien la buscan lejos, cuando la llevan dentro de su corazón.

El talento es un don que Dios nos hace en secreto, y que nosotros revelamos sin saberlo.

Reflexionar serena, muy serenamente, es mejor que tomar decisiones desesperadas.

La obediencia simula subordinación, lo mismo que el miedo a la policía simula honradez.

La inteligencia y el sentido común se abren paso con pocos artificios.

Esto se llama perseverancia en una buena causa y obstinación en una mala.

El temor empieza toda sabiduría, y quien no tiene temor, no puede saber.

No existen países pequeños. La grandeza de un pueblo no se mide por el número de sus componentes, como no se mide por su estatura la grandeza de un hombre.

No tratéis de guiar al que pretende elegir por sí su propio camino.

El trabajo moderado fortifica el espíritu; y lo debilita cuando es excesivo: así como el agua moderada nutre las plantas y demasiada las ahoga.