Frases que impactan

El obrero tiene más necesidad de respeto que de pan.

Perseverar en el cumplimiento del deber y guardar silencio es la mejor respuesta a la calumnia.

La desgracia abre el alma a una luz que la prosperidad no ve.

No hay razón para buscar el sufrimiento, pero si éste llega y trata de meterse en tu vida, no temas; míralo a la cara y con la frente bien levantada.

Los que renuncian son más numerosos que los que fracasan.

El que quiere de esta vida todas las cosas a su gusto, tendrá muchos disgustos.

Al parecer, la dignidad de la vida humana no estaba prevista en el plan de globalización

Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros.

Placer y pena son los dos únicos resortes que mueven y moverán el mundo.

Detrás de un gran hombre hay una gran mujer y detrás de ésta su esposa.

La casualidad no es, ni puede ser más que una causa ignorada de un efecto desconocido.

Ninguna situación es tan grave que no sea susceptible de empeorar.

Cualquier hombre que tenga más razón que sus prójimos ya constituye una mayoría de uno.

En todo aquello que vale la pena de tener, incluso en el placer, hay un punto de dolor o de tedio que ha de ser sobrevivido para que el placer pueda revivir y resistir.

Si nosotros somos tan dados a juzgar a los demás, es debido a que temblamos por nosotros mismos.

Un hombre no es otra cosa que lo que hace de sí mismo.

Para el logro del triunfo siempre ha sido indispensable pasar por la senda de los sacrificios.

Prometemos según nuestras esperanzas y cumplimos según nuestros temores.

A veces pienso que la prueba más fehaciente de que existe vida inteligente en el universo es que nadie ha intentado contactar con nosotros.

La tontería es infinitamente más fascinante que la inteligencia. La inteligencia tiene sus limites, la tontería no.

En la vida no hay premios ni castigos, sino consecuencias.

Acá hay tres clases de gente: la que se mata trabajando, las que deberían trabajar y las que tendrían que matarse.

Es necesario tener tanta discreción para dar consejos como docilidad para recibirlos.

Para triunfar en la lucha por la vida, el hombre ha de tener o una gran inteligencia o un corazón de piedra.

Es absurdo dividir a la gente en buena y mala. La gente es tan sólo encantadora o aburrida.

Una velada en que todos los presentes estén absolutamente de acuerdo es una velada perdida.

El que no posee el don de maravillarse ni de entusiasmarse más le valdría estar muerto, porque sus ojos están cerrados.

La huida no ha llevado a nadie a ningún sitio.

Todo fracaso es el condimento que da sabor al éxito.

Si precisas una mano, recuerda que yo tengo dos.